"En la Sierra de Retín y en la Sierra de la Plata hay estos montes, la Garganta del Puerto de Mora, el Alisoso, Quebranta Minchos et el Lentiscar, es todo un monte, et es bueno de puerco en todo tiempo, et á las veces hay oso".del Libro de la Monteria del Rey Alfonso XI (siglo XIV)
Hace unas semanas recibimos un mensaje de nuestros amigos Fina y Manolo, de Barcelona: "que vamos para allá otra vez, nos vemos pronto".
Ya estuvieron aquí en diciembre del año pasado, y es que su afición por
los megalitos les ha llevado a viajar casi siempre buscando zonas donde
poder ver dólmenes, menhires, cuevas, tumbas y cualquier formación que
tenga que ver con nuestros antepasados prehistóricos. Por entonces les
acompañamos a visitar los dólmenes de Tarifa. Junto a un menhir de
Facinas tuvimos esta conversación: "...hay unos dólmenes muy interesantes en la Sierra del Retín"; "sí pero aquello es terreno militar y no se puede entrar" le contesté, "bueno... todo se andará, será cuestión de preguntarle al ejército".
Y aquí que llegaron con un documento excepcional. Un permiso, expedido
por el Ministerio de Defensa, para visitar los parajes históricos de la
Sierra de Retín. Mucho empeño y bastante papeleo le hicieron merecedor
de ese "permiso" con el que muchos de por aquí abajo hemos soñado. Así
que... una agradable mañana de primeros de mayo estabamos en la puerta
del Cortijo de Casma, "dni" en la mano como era preceptivo, y recibiendo
un cordial saludo del oficial de día responsable de este "Campo de
Adiestramiento de la Armada Sierra del Retín"; esa sierra costera cuyos
montes y peñas teníamos tantas ganas de conocer.
Ya en el jardín del ahora "cortijo-puesto militar" podemos ver esta tumba antropomorfa.
El brigada responsable de medio ambiente, que nos acompañará durante
toda la jornada, nos cuenta que la tumba apareció al remover la piedra
en un carril cercano y fué traída hasta aquí para conservarla.
Nos enseñan el Cortijo de Casma, una bella construcción tradicional bien conservada.
La primera parada es junto a un mirador dispuesto para visitas de autoridades y altos cargos militares, desde donde se puede observar toda la costa del Retín.
El cortijo de Casma desde el mirador. Detrás la Ensenada de Barbate, el Pinar de la Breña y la Torre del Tajo.Desde aquí un pequeño paseo nos lleva al Cerro de las Marianas. El primer paraje arqueológico que tenemos reseñado.
Lo primero que advertimos son estas murallas ciclópeas de grandes pilares. Un castro de grandes dimensiones que ocupa toda la parte alta del cerro.
En piedras cercanas pueden verse varias tumbas antropomorfas.
Y a destacar este dolmen, que en algunas publicaciones aparece como cista.
De
las Marianas nos trasladamos a las cercanías del cortijo del Novillero.
Allí podemos ver los dos dólmenes mas conocidos del Retín.
En un lugar idílico, con el Atlántico de fondo, se encuentran estos dólmenes de Caño Arado.
Esta es la única zona del Retín que conocemos, ya que aquí se encuentra el área de adaptación al medio natural de los ibis del Proyecto Eremita.
Subimos por un cuidado carril que sube junto al Arroyo de Caño Arado, o de los Pajares. En esta época los jarales motean los cerros de flores blancas.
Una albina, cercana al mar, se convierte aquí en el nacimiento del Arroyo de Caño Arado.
El agua corre tranquila en esta zona palustre donde abundan plantas acuáticas como el Callitriche y otra planta que siempre está junto al agua: el lirio amarillo (Limniris pseudacorus).
Tras la subida llegamos a una amplia meseta
que conforma la parte mas alta de la Sierra del Retín. Aquí no hay
picos ni peñas que sobresalgan. Cuesta saber por donde queda el vértice
geodésico que marca el punto mas alto.
Cruzando la amplia meseta llegamos al Ptº. de los Chinos, desde donde damos vista a la vertiente norte del Retín. Ante nosotros la llanura oriental de La Janda.
Curiosa construccion semi-esférica de hormigón ya estaba en el Retín cuando los militares llegaron en 1982.
Mirando hacia el mar sobresale, por encima del bosque mediterráneo, la peña de la Atalaya y la población de Zahara de los Atunes.
De aquí bajamos en busca del Peñón del Aljibe, nuestro siguiente objetivo. Encontramos brezos que en esta época están cargados de polen.
El Peñón del Aljibe es un resalte de roca arenisca que sobresale en la ladera oriental del Retín.
Pero no es un peñasco mas. Guarda un curioso sitio arqueológico que no tiene igual en nuestra zona.
Para llegar a su cima se talllaron escalones y rampas en la piedra. Lo que desde abajo parece inaccesible resulta tener una cómoda ascensión.
Cuando llegamos arriba tenemos una gran abertura artificial picada en la arenisca y de arriba abajo.
Este
gran hueco en la roca hizo que desde antiguo se pensara que era un
aljibe para almacenar agua. Y de ahí el nombre del peñón.
Bajamos al "supuesto aljibe" para ver la estructura desde dentro.
A un lado del habitáculo mas grande se abre un arco que da paso a un estrecho pasillo de mas de 5 metros de largo.
En
el pasillo se abren dos huecos circulares de difícil interpretación.
Toda esta estructura debió estar techada, por los chaflanes picados en
la parte superior, y en algunos puntos las paredes superan los cuatro
metros de altura o profundidad (según se mire).
Allí estaba este bichejo que parece tener las alas de cobre velloso: es Lagria hirta, llamativo pero bastante común según nuestro amigo Olegario, que nos ayudó a identificarlo.
Manolo disfrutando de su afición por estas enigmáticas piedras.
El Peñón del Aljibe se nos antoja como un lugar mágico. No solo por lo que contiene sino por sus espléndidas vistas. Al norte la llanura de La Janda y Tapatana, con Los Alcornocales al fondo.
Hacia el sur queda el océano en la Ensenada de Zahara.
Y detrás el bosque virgen mediterráneo de la Sierra del Retín.
Disfrutamos un buen rato del paraje haciendo elucubraciones de su utilidad original.
Fueron
varios los expertos que pasaron por aquí para conocer el lugar y dar su
opinión. Spahni, Furgús y Mergelina los primeros, en el pasado siglo.
Casi todos coinciden en que se trata de un lugar funerario y de culto.
Un lugar a conservar y estudiar por expertos actuales y con técnicas modernas.
Mientras tanto ahí queda el Peñón del Aljibe, dentro de un recinto militar, que le confiere cierta protección.
Dejamos el gran recinto megalítico por el mismo camino que dispusieron sus constructores. Queda subir a la meseta del Retín.
En una pausa durante la calurosa subida se nos posa a un lado este raro moscardón
con mas cuerpo que alas. Ya en casa consultamos en Insectarium Virtual y
vemos que se trata de una mosca rara y bastante dañina para los ciervos
y sus parientes cercanos (gamos y corzos). Es la Pharyngomyia picta,
una parásita de los cérvidos que deposita sus huevos en las fosas
nasales. Las larvas crecen y se alimentan del animal llegando a taponar
la traquea, bronquios e incluso pulmones. En este enlace se pueden ver
los desagradables efectos de esta tranquila "mosquita": http://polovnictvo.pluska.sk/polovnictvo-rybarstvo/polovnik/poradna/2011/nosohltanova-streckovitost.html
Y subiendo al Puerto de los Chinos encontramos esta bestial cuerna de venado. Tened en cuenta que mi bota es un 45 !!
El fuego ha azotado varias veces la Sierra del Retín,
y no por causas bélicas, ya que esta zona alta apenas se utiliza para
maniobras (el área con mas actividad militar es la costera) sino por
causas naturales y hasta intencionados (la última fue para distraer al
personal mientras entraba droga por otro lado). Pero está demostrado que
los incendios (los naturales) sirven para regenerar la vegetación y
rebrotar especies.
Sobre una piedra de la meseta el vértice de Retín que marca 316 m.s.n.m. Detrás llegamos a ver Medina Sidonia.
Desde
cerca del vértice, que es el punto mas alto del término municipal
barbateño, tenemos esta maravilosa vista al oeste. La población de Barbate y todo su entorno: el pinar, las marismas, la ensenada, los acantilados. Y a la derecha del todo: el pueblo blanco de Vejer de la Frontera.
Manolo B. disfruta buscando rapaces que sobrevuelen estas solitarias laderas del Retín.
Nosotros
buscamos especies botánicas (que se mueven menos que los pájaros) en la
meseta. Como esta planta carnívora-insectívora, la Drosophyllum lusitanicum, que en esta época está en flor.
Y las flores mas llamativas eran estos grandes lirios Xiphion filifolium.
Una piedra de curiosa forma parece buscar el mar.
Tras cruzar la meseta hacia el sur volvemos a la costa y a Casma para agradecer la visita a la Armada.
Lo
dicho arriba. Una oportunidad "de lujo" esta que hemos tenido de
recorrer y conocer esta sierra barbateña, gracias al empeño de Manolo y
Fina. Unos "amigos de las piedras" que seguro ya están preparando su
próxima visita a estas Tierras y Sierras del Sur.
Magnífico post. Cuánto tiempo se emplea en hacer el circuito que hicisteis? Estamos esperando los permisos de defensa. Gracias y salud.
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