"Delectando pariterque monendo" Horacio

19 mar 2023

Aviones, abiones, tablas..., y otro paseo por la campiña.

Una mañana sabatina la dedicamos para subir a un vértice geodésico en el que nunca antes hemos estado; a pesar de quedar cerca de Jerez y haberlo visto, de paso, decenas de veces. Se trata del "Cerro de los Aviones", un aislado monte de la campiña, no por lejano, sino por estar rodeado de labranza por todo su contorno. El Aviones (un enigmático nombre sobre el que hemos estado indagando) se eleva 147 metros sobre el nivel del mar, y se conserva inculto porque su suelo está formado mayoritariamente por yesos. Se está repoblando con acebuches (un árbol duro donde los halla), suponemos para que sirva de refugio para la caza (conejo y perdiz). Su emplazamiento estratégico lo hizo idóneo para que los topógrafos emplazaran allí un vértice geodésico, pues allá por el s. XIX lo importante no era ser el más alto (muy cerca queda el Cerro del Guijo, con 32 m. más) sino tener buenas vistas, sin obstáculos, hacia otros vértices de la zona.

Cerro de los Aviones.

Tras estudiar el mapa decidimos acercarnos al Aviones pegados al cauce del Arroyo Salado de Espera, desde el puente que salva la Colada de Puerto Real.

Como la primavera está a la vuelta de la esquina ya empezamos a disfrutar de flora y fauna. Florecillas de Erodium malacoides, nuestros conocidos "relojitos".

Esta bellísima amapola, que crecía junto al agua, no nos sonaba de nada. Nuestro amigo Javier Fdez. de Bobadilla, experto en flora silvestre y ornamental nos sacó de la duda. Se trata de Papaver orientale (amapola oriental), una especie originaria del Cáucaso, Turquía e Irán que es usada en jardinería. Habrá llegado aquí ¿por algún ave que ha comido sus semillas? 

Otra muy común, esta Fumaria officinalis.

Y sobre las hojas de las malvas (todavía sin flores) numerosas parejas de gorgojos (Lixus pulverulentus-angustatus) se dedicaban a perpetuar la especie. Si observamos con detalle veremos que el macho, siempre de menor tamaño, tiene el pene más largo que su característica boca en forma de trompa. Otra peculiaridad es que dicho pene está provisto de ganchos que desgastan el órgano sexual femenino, lo que impide una nueva fecundación por otro macho. Un bichejo muy celoso!!

Flores del majuelo.

Lo que pensabamos iba a ser un paseo corto y cómodo se tornó en ir cargando con unas "pergañas" que nos dejaban pegados al terreno.
 
Esta marcha lenta nos permitió ver más cosas. Como este otro gorgojo que no tenemos clara su especie. Según el amigo A.Verdugo podría ser del género Graptus o similar.

Mosca cernidora (Episyrphus balteatus), de las que imitan a las avispas como método de defensa (son muy vistosas e inofensivas).

Enoplops bos es un hemíptero de tamaño medio que se distribuye por Francia, Madeira y la Península Ibérica. Fue identificado en 1860 por el entomólogo prusiano Felix Anton Dohrn con ejemplares colectados en Andalucía. Su nombre, casi monovocálico y de complicada pronunciación, viene del griego ενοπλο ωψ (cara armada) y del latín bos (buey), por su cabeza provista de cuernos.

Un singular "saltamontes" que es complicdo de fotografiar. Siempre pegado a los carrizos, su estrategia es la de rodear las cañas hacia el lado opuesto del posible predador (en este caso del fotógrafo); a esta estrategia se le denomina "cripsis". Su nombre Tropidopola cylindrica por la forma tubular de su cuerpo 

Otra bonita chinche con colores que varían del verde al rojizo: Acrosternum heegeri (esta y la anterior identificadas por el amigo M. Baena).

Y como empiezan a darse días con mayor temperatura ya se están moviendo algunas serpientes. Como esta culebra bastarda (ejemplar juvenil): Malpolon monspessulanus.

Cerro de los Aviones. Tras acercarnos por el Salado y cruzar un corto espacio labrado nos vamos hacia la cima. No hay veredas y sí mucho monte bajo y bastante cerrado, lo que nos hace ir dando revueltas como si estuviermos en un laberinto vegetal.

Ya asoman las breves (por lo pequeñas) flores de Nonea vesicaria.
 
Entorno del Cerro de los Aviones.

Mientras subimos podemos ver la isla natural (hay alguna más río arriba) que ha creado el Arroyo del Salado. El cauce se abre en dos dejando en el centro una isla del tamaño de 3 campos de fútbol. Puede que cuando suba el caudal se convierta en una "tabla llana" (ya veréis por qué la definimos así) .  
 
Un montículo de arcilla blanca nos llama la atención sobre el tapíz verde que cubre el suelo. Es la excavación de una madriguera!! Algún mamífero ha sacado unos cuantos kilos de tierra y piedras para crear sus galerías.

Una langosta egipcia (Anacridium aegyptium) casi nos despeina con su torpe pero rápido vuelo. Se posa (más bien tropieza) en un acebuche y allí la retratamos.

Bonitas flores del pepinillo del diablo (Ecballium elaterium).

 
Y ya en casi en la cima nos revuelan varios ejemplares de las especatulares macaones (Papilio machaon). Alguna se posa sin miedo para una foto. En las descripciones de esta mariposa se describe este comportamiento: "Los machos tienen preferencia por agruparse y volar juntos en la cima de colinas y montañas, fenómeno conocido por hilltopping". Este comportamiento consiste en la lucha de los machos por conseguir el lugar más alto y atractivo para aparearse. Cuando las hembras pasan por allí se quedan con el macho ganador del territorio.

 

Escondido entre jóvenes acebuches se encuentra el vértice geodésico "Aviones".

En la ficha del Instituto Geográfico Nacional (IGN) aparece una foto del año que se construyó este vértice (1988). Como puede verse el cerro estaba entonces "pelado" de vegetación arbustiva.

Un avión, más bien avioneta, nos sobrevuela cuando nos disponemos a hacer varias panorámicas desde allí arriba. ¡¡Que casualidad!! Pero vamos a lo del nombre de este cerro y vértice

En los mapas recientes del IGN aparecen tres topónimos con el nombre Aviones: el vértice Aviones con sus 147 metros de altitud; Cerro de los Aviones en la ladera occidental; y Aviones, a secas, en la ladera oriental.

Si nos vamos a los mapas IGN de mediados del XX solo aparece Aviones con la marca de vértice, y con un metro menos de altitud.

Seguimos retrocediendo hasta los inicios del XX; el  mapa del término recoge el vértice con otro nombre: "Majada Costilla". Una referencia única que no aparece en textos de la época. Sobre la palabra costilla hemos dado con algunos significados rurales ya perdidos o en desuso, como "trampa para aves" o "madera a la que se atan las mulas en el arado". Cerca queda un "Rancho de Castilla" por lo que puede ser un error con esa edificación.

Y si llegamos al Plano del Guadalete de Angel Mayo (1877) encontramos junto al Cerro de los Aviones (hemos añadido nosotros el nombre) el topónimo "Tabla Llana", que podría dar nombre al cercano Cortijo de Tablellina (todavía existente) que estaba en la antigua Dehesa de Manflora (bonito nombre). El Nomenclátor de Arcos de la Frontera va un poco más allá y deriva Tablellina de "Tabla de la Neblina, por las brumas y nieblas que se producen en la unión del Salado de Espera con el Guadalete". Según la RAE el término tabla se define como: "Parte en que, por haber poca pendiente, el río corre más extendido y plano, de modo que casi no se nota su corriente" (son las Tablas de Daimiel posiblemente las más conocidas de la península). Como ya hemos dicho, en esta zona tanto el arroyo Salado como el río Guadalete forman meandros, y a su vez islas, que posiblemente se inundan en épocas de fuertes lluvias, formando esas "tablas de río" (acepción nº 14 del DLE).
 
 En la ortofoto de google que aquí subimos se puede ver la isla que antes comentamos, un espacio que con mucho caudal puede formar una tabla (humedal). Los humedales son sitios donde proliferan los insectos y por tanto querenciosos para las aves (sobre todo golondrinas, vencejos y aviones). Revisando diccionarios históricos el término avión apareció por primera vez en 1918 para la definición de "aparato a motor que vuela"; por tanto el nombre del cerro es anterior a este invento mecánico. Ya antes, los diccionarios recogían avión como "ave similar pero más pequeña que el vencejo". Más atrás en el tiempo también aparecía abión, con be, como "ave similar a la golondrina pero más grande", o sea el vencejo. Estas pesquisas y datos nos pueden lleva a una posible -y hasta bonita- conjetura. Que el cerro se llame de los Aviones por ser allí habituales este tipo de aves en busca de los insectos que se alimentan (mosquitos, libélulas, etc...), normalmente abundantes en zonas húmedas como el mismo Arroyo del Salado o las "tablas" que se formaban en su cauce. Por último, decir que se aceptan propuestas sobre los topónimos citados. Y agradecer al amigo Agustín García-Lázaro que nos ha aportado datos y reseñas bibliográficas arcenses.
 
Para acabar con esta pesquisa publicamos un recorte de prensa con la única referencia a "Los Aviones" que hemos encontrado en prensa histórica: El Noticiero Gaditano, año 1921.  

 Aunque el día es despejado, la atmósfera no es muy clara para hacer buenas fotos con el zoom. A pesar de ello hacemos varias tomas de los hitos más relevantes que nos rodean. Hacia el noreste podemos ver la parte más alta de Arcos de la Frontera, con buena parte de su tajo oculto por las Lomas de la Cuchillera. Detrás la Sierra de los Barrancos.

Más cerca, justo al norte, se eleva el Cerro del Guijo, 32 m. más alto pero sin vértice.

En marzo de 2012 estuvimos por El Guijo y desde allí hicimos esta foto hacia el sur, en la que se puede ver el Cerro de los Aviones a la der. de la imagen.

A la derecha de El Gujio, pero más al fondo, podemos ver la alargada cuerda cimera que conforma Sierra Gamaza.
 
Justo a levante podemos ver como se eleva nuestra querida Sierra de Grazalema.

Al noroeste vemos la gran masa caliza de la Sierra de Gibalbín.

Al sureste destaca el muro de la gran presa de Guadalcacín. Al fondo lo Montes de Jerez y buena parte del PN Los Alcornocales.
 
 
 Tras un buen rato disfrutando de las vistas nos decidimos a bajar por otra parte distinta. Una especie de prado sin acebuches por donde seguro veremos otras plantas y bichejos.

 
Bryonia dioica en flor y con sus zarcillos trepando por otras plantas. Esta especie es bien conocida desde antiguo, será por eso que tiene casi 200 nombres comunes. Nosotros la llamamos "nueza negra" y aunque es una cucurbitácea -familia de los melones, calabazas y pepinos- está considerada como muy tóxica y mortal por ingestión.

Una abeja diferente por su llamativa coloración. Su nombre común es "abeja roja" y su nombre científico es Rhodanthidium sticticum (id. por A. Pérez). Este género de abejas se conoce como "abejas del caracol", ya que las hembras usan las conchas vacías para depositar sus huevos.
 
Cruzamos por un gamonal en plena floración. Una planta muy común y también muy fotogénica.

Seguimos perdiendo altura y nos fijamos en el cielo. Esas estelas alargadas que dejan los aviones (los que vuelan a motor, nada que ver con nuestro Cerro) se denominan ahora nubes homogenitus, o sea, generadas por la actividad humana. Recientemente la Organización Meteorológica Mundial (OMM), organismo de la ONU, ha catalogado nuevos tipos de nubes, y esta es una de ellas. Estas estelas de condensación aparecen en el cielo cuando el vapor de agua, procedente de los motores de aviones, se condensa formando pequeños cristales de hielo. Estos cristales aportan estabilidad a las estelas, de tal forma que pueden desaparecer o crecer hasta formar una auténtica nube, algo que sucede cuanto más baja es la temperatura. Según el Atlas de Nubes de la OMM, estas estelas adquieren el derecho a ser consideradas nubes cuando permanecen en el cielo más de 10 minutos. Y su nuevo nombre científico es Cirrus homogenitus homomutatus. (info. extraída de The Weather Channel) 

 
Calendula arvensis.

Por la vertiente sur del Cerro.

De vez en cuando cruzamos por estos tramos de suelo, casi inertes, formados por cristales de yesos.
 
La lluvia ha lavado esta placa de yeso negro (cristal de yeso con arcillas oscuras) sobre la que hemos puesto 3 cristales de cuarzo (jacinto de compostela) que hemos encontrado en estos yesales.
 
Otro jacinto de compostela. Cristal de cuarzo que se caracteriza por su color rojo, debido a inclusiones de materiales arcillosos rojizos. Cristaliza con la forma de dos romboedros que forman un prisma perfecto.

Bellis perennis.

Allium roseum.

Hedisarum.

Semillas de umbelífera dispuestas a engancharse a un ave o mamífero para trasladarse y germinar en otro lado.

 
Cynoglossum clandestinum, una planta de pequeñas flores que curiosamente siempre permanecen cerradas, y que por tanto se autopolinizan. Su nombre proviene de su aspecto: cyno (perro) y glossum (lengua) por sus hojas rasposas como la lengus de los perros; y clandestinum por la singularidad de sus flores, que nunca se abren. Abajo detalle de flores de Cynoglossum clandestinum, cerradas y cubiertas de pilosidad, como toda la planta.

    

Reseda lutea.

Nos alejamos del Cerro de los Aviones, un islote de biodiversidad necesario en una campiña que ha sido labrada desde época romana, cuando esta comarca se conocía como el Ager ceretanus.

De nuevo junto al Arroyo del Salado un suelo tapizado de Vinca difformis en flor.

Más flores del majuelo.

Y en una de sus ramas muertas este liquen naranja (Teloschistes chrysophthalmus). No tiene nombre común, aunque los ingleses le llaman "liquen de ojos dorados".

Y para acabar el relato, aquí podeis ver lo que encontré cerca del vértice. Una caja de Bitter Kas, una bebida que creía desaparecida pero que se sigue comercializando. Es pequeña, comparada con las de cerveza y otros refrescos, así que la enganché en la mochila y la bajé ya que fue la única basura que encontré en el cerro.

La guardé en el maletero y me acordé dias después. De momento la vamos a reciclar para guardar copas en la despensa.
!!Nos vemos!!