Teníamos un compromiso en Badajoz, una ciudad en la que nunca habíamos parado (si pasado). Y decidimos que, tras visitarla, la vuelta la haríamos bajando por el Guadiana. Ese río manchego que cruza Extremadura y muy cerca de la capital pacense se hace fronterizo y portugués. En su camino al Golfo de Cádiz forma el mayor embalse de Europa occid. y un Parque Natural refugio de linces. Haremos varias paradas en estas tierras y pueblos del Alentejo, enlazados por encantadoras carreteras arboladas, antes de volver a España por el puente internacional cercano a Ayamonte. Como tenemos muchas fotos lo hemos dividido en dos entradas; esta es la 1ª, de Badajoz a la villa de Terena.
Badajoz se asoma al Guadiana desde su punto más alto (al fondo): la Alcazaba y el casco antiguo.
El río aquí está "infestado" de camalote (Eichchornia crassipes), un jacinto acuático de origen sudamericano que llegó escapado de algún estanque y se ha convertido en un gran problema medioambiental. Se han gastado más de 30 mill. de euros en erradicarla y vuelve a aparecer. Llega a cubrir todo el río asfixiando a la flora y fauna acuática.
Una de las puertas históricas de Badajoz: Puerta de Palmas.
Plaza Alta.
Arcadas de la Plaza Alta.
Panorámica de la Plaza Alta.
Edificio de la Plaza.
Puerta de la Alcazaba.
Torre de Espantaperros.
Plaza de San José.
El Badajoz moderno: répicla de la Giralda y la iglesia de la patrona.
Pastelería la Cubana, la más antigua de Extremadura.
Aquí probamos sus famosos bollos de leche, siempre recién horneados y espolvoreados con azúcar. Se los llevan por docenas. Puede que el azucarero tenga los mismos años que la pastelería.
Cruzamos la imperceptible frontera y en pocos minutos estamos en Elvas. Por el camino una ruinosa torre medieval aguanta un nido de cigüeñas.
Elvas es una villa fronteriza rodeada de baluartes, de hecho se considera el conjunto fortificado más grande del planeta. Hicimos una visita a su zona histórica, declarada Patrimonio Mundial por la UNESCO.
Como queda en alto, el agua llegaba gracias a un gran acueducto que luego veremos. Esta es la fuente monumental de São Lourenço.
Praça da República.
Museo y Biblioteca municipal.
Puerta de estilo manuelino.
Casas particulares.
Un señor en su taller.
Puerta del Temple.
Casa particular (con gato).
Calle peatonal-comercial.
Tienda de instrumentos musicales.
Anochece en Elvas.
Salimos del recinto amurallado para ver uno de los edificios más monumentales de Elvas.
Se trata del Acueducto de Amoeira, magnífica obra de ingeniería construida entre los siglos XVI y XVII. Con más de 800 arcos, 8 km de longitud y hasta 32 m. de altura en algunos
puntos, es el mayor acueducto de la península ibérica.
También es una construcción muy fotogénica, aunque sea de noche.
De Elvas bajamos a Juromenha. Una recia fortaleza que vigila (vigilaba), desde un alto cerro, el lado portugués del Guadiana. Aunque durante unos pocos años llegó a ser Juromeña, como parte del reino de España.
Sus habitantes abandonaron la villa intramuros para construir sus casas en torno a la ermita exterior. Hoy es un lugar abandonado, con aspecto de decorado de película y con cierto encanto.
Desde su muralla se disfruta una bella vista sobre el Guadiana.
El río Guadiana ya se ensancha y se remansa en este tramo, a pesar de la todavía lejana presa de Alqueva (a unos 70 kms en línea recta).
Una urraca (sobre la garita), que tardó segundos en cambiar de país cruzando el río.
La diminuta y coqueta oficina de Correios de Juromenha.
Casa de Juromenha con más chimenea que tejado.
Otra pequeña vivienda con su vistosa chimenea típica alentejana.
Seguimos bajando por la "Raia" por deliciosas carreteras secundarias sombreadas y adornadas por árboles. En España estas hileras se talaron en los años 80, cuando comenzó la renovación de las carreteras
del país y se aludieron motivos de seguridad; una idea errónea cuando muchas vías están igualmente
rodeadas de construcciones, desniveles y obstáculos peligrosos. Algunas organizaciones ecologistas y conservacionistas abogan por una adecuada gestión de estos árboles: podas adecuadas, recuperar la
señalización de sus troncos con pinturas reflectantes y reducción de la velocidad, para que así los conductores disfruten del placer de
circular bajo un dosel arbolado.
Una anécdota: A mediados del XIX el Ministerio de Obras Públicas español dictó una norma para fomentar el plantío de árboles en las carreteras del país. Ya entonces la ordenanza tuvo muchos detractores que decían "que los árboles cuando se hacen viejos y corpulentos pueden servir de abrigo a malhechores que sorprendan a los caminantes, y además que impiden la evaporación por lo que los caminos no se secan pronto después de las lluvias" (en Revista de Obras Públicas, 1853). En fin, que somos un país arboricida; siempre hubo y hay una causa para talar.
Pasamos por Alandroal, otra villa con castillo que conforma junto con Juromenha y Terena (a donde vamos) el "Concelho dos três castelos".
En Alandroal se encuentra el caserío Monte da Fonte Santa. A pesar de lo apartado de este lugar, el sitio cuenta con varias obras del artista urbano Vhils (Alexandre Dias Farto). Reconocido internacionalmente como un grafitero que no utiliza pinturas sino que produce sus obras a base de ampliar los desconchones de paredes y muros.
Es realmente espectacular y meritorio como ha realizado estos retratos solo con una pequeña herramienta de albañil.
Allí mismo llaman la atención los dos caracoles más grandes que hemos visto. Son obras del artista lisboeta Bordalo, que construye sus obras reciclando materiales modernos. Véase el gato en el centro-inferior de la foto para tener una mejor idea del tamaño.
Nos sorprendió esta plantación de chumberas. Aquí no ha llegado la plaga de la cochinilla!!
Llegamos a Terena. Su castillo desde un viñedo.
Terena es una pequeña población con mucho encanto en sus pocas y alargadas calles y rodeada de importantes vestigios históricos, desde la prehistoria a la historia reciente.
Uno de ellos es esta capilla de Nossa Senhora
de Boa Nova, considerada una iglesia-fortaleza de estilo gótico única en el país. Su construcción la ordenó en el s. XIV la reina D.ª Maria, esposa de
Alfonso XI de Castilla e hija del rey portugués Afonso IV, en cumplimento
de una promesa por la ayuda de los portugueses -que enviaron una flota a Cádiz- en la victoria contra los árabes en la Batalla del
Salado (1340).
Aquí se celebra la romería más antigua del
Alentejo, al parecer relacionada con las "Cantigas de Santa Maria" de Alfonso
X.
Una santera cuida la ermita y vende velas y exvotos de cera de los más diverso. Parece que Nossa Senhora lo mismo cura la vista, el colon, los ovarios o un hueso, que salva una cabra o un caballo.
Para acabar, imágenes de un libro clásico portugués donde aparecen tres castillos que hemos visitado. Junto al de Terena (der.) aparece incluso la capilla fortificada de Boa Nova.
Para la próxima entrada seguiremos bajando por la "Raia" desde Terena a Mertola, visitando más villas con trazado medieval como Serpa, parajes naturales del río como el Pulo do Lobo y menhires perdidos entre montes y jarales.
precioso reportaje.
ResponderEliminarprecioso reportaje.
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