"Delectando pariterque monendo" Horacio

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27 nov 2013

VALLE DEL GENAL (otoño 2013)


El Valle del Genal es un paisaje recurrente en este blog. Y mucho mas si es en esta época otoñal, cuando castaños, álamos y zumaques tiñen las laderas de tonos ocres, dorados y granates . No hay mucho que contar, que no se sepa ya, de este bello rincón de la Serranía de Ronda (Málaga) tan querido y visitado por numerosos aficionados al senderismo, la naturaleza, la fotografía, la contemplación de bellos paisajes..., o de todo esto a la vez, como es nuestro caso.
Hemos seleccionado unas cuantas fotos (y algún mini-video) de nuestra visita de este otoño, en la que hemos disfrutado de un encantador sendero por los castañares de Pujerra, y ha salido este video-montaje que espero os guste.

Para visionar el video a máx. calidad picar en la ruedecita junto al logo de Youtube y seleccionar "1080p HD". 


23 oct 2013

NOVEDADES SOBRE EL TAJO DE VERNER

"Durante marzo y abril hemos observado varias veces un ave solitaria. El día 25 de marzo la vimos, con prismáticos, acercándose a un escarpada pared en una de las estribaciones de las montañas circundantes, a unos 4.000 pies de altura. Al llegar a ese cortado encontramos que el ave se había marchado mientras nosotros subíamos. Desde la punta de un espolón saliente pudimos ver el nido, que se encontraba en una pequeña cueva apenas lo suficientemente alta como para que un pájaro pueda estar de pie. En la entrada había una plataforma con lana sucia mezclada con palos y uno o dos huesos, pero el nido estaba vacío. El 24 de abril volvimos a visitar el lugar y vimos al quebrantahuesos varias veces, pero el nido seguía vacío, y nos fue imposible encontrar otro nido ocupado cerca de allí. Podría haber sido saqueado, ya que, aunque el tajo tenía 60 pies de altura, el nido era bastante accesible con una cuerda".
Observaciones de Hubert Lynes desde el San Cristóbal, Grazalema (año 1910)
Hace ya casi dos años, en el otoño de 2011, que tuvimos la suerte de re-descubrir uno de los nidos históricos de Quebrantahuesos mas buscados desde que W. Verner lo describiera, dibujara y fotografiara en su libro "My life among the wild birds in Spain" de 1909.

Además de ser el segundo nido histórico de Gypaetus barbatus de la provincia (el primero fue localizado en 1981 por el ornitólogo jerezano Olegario del Junco en la sierras de Tarifa), es el primero de los varios que debieron ubicarse en la Sierra de Grazalema, de donde hay varias citas históricas en libros y artículos de autores como Chapman & Buck, Irby, Lynes, Swann y von Boxberger.
Toda aquella aventura detectivesca la publicamos en octubre de 2012 (para verlo picar aquí) y en la revista de naturaleza Quercus (ver abajo).


Tras la publicación fueron muchos los amigos y bastantes los aficionados a la ornitología que nos felicitaron por el hallazgo. 

 El paraje se incluyó en un poster de la SEO (Sociedad Española de Ornitología) con los nidos históricos de la mitad sur peninsular encontrados hasta ahora.
Pero ha sido determinante para seguir con la investigación posterior, cuyo resultado hoy publicamos, la colaboración del Dr. Abilio Reig Ferrer, de la Universidad de Alicante, y máximo experto en ornitología histórica, que ya conocemos personalmente y que contamos como un buen amigo.

Con Abilio Reig en La Janda (Vejer).
Por recordar lo que pasó hace dos años reproducimos imágenes del otoño de 2011, cuando localizamos el nido (en realidad eran dos nidos muy cercanos) de Verner en la Sierra del Caíllo, por encima de Benaocaz (P.N. Sierra de Grazalema). Sólo con la ayuda de un dibujo, unas fotos (en sepia de hace 100 años) y nuestra intuición, llegamos a encontrar una roca en una enorme sierra (como una aguja en un pajar).

 Vertiente norte de la Sierra del Caíllo (y su cumbre Navazo Alto o Bandera) con los Tajos del Cao cayendo al valle de Fardela.

Mi hijo Pablo, mi cuñado Bienve y mi sobrino Ale en plena búsqueda. Abajo el valle de Fardela y de fondo la Sierra del Pinar (cara sur).


Dibujo de Verner con los nidos señalados y una foto nuestra del tajo con la ubicación real.


¡¡Y aquí está la aguja en el pajar!! La misma foto del nido nº 2 de Verner con un siglo de diferencia.
 
Y AHORA, VAMOS A LAS NOVEDADES
El prof. Abilio Reig contactó con nosotros cuando conoció por Quercus la noticia del nido histórico de quebrantahuesos del libro de W. Verner. Llevaba tiempo intentando localizar topónimos e imágenes del libro y nos pidió ayuda para identificarlas. Viajó hasta Benaocaz para conocer los nidos, pero el mal tiempo no le permitió subir. En sus estudios sobre Verner había detectado que existían dos o mas huevos de quebrantahuesos recolectados en un lugar identificado como "Sierra de Ubrique, provincia de Málaga". Dato curioso ya que Ubrique no es municipio malagueño, pero históricamente su sierra se consideró parte de la malagueña Serranía de Ronda. Podían ser varias las posibilidades del origen de estos huevos:
  •  1ª) de un nido desconocido de la propia Sierra de Ubrique, y que el error fuera la provincia.
  •  2ª) de un error de escritura y que fueran de un nido de Málaga (p.e.: de "Sierra de Jubrique, prov. de Málaga). 
  • 3ª) que fueran de los nidos de Benaocaz, considerado en algunos textos de viajeros como perteneciente a la Sierra de Ubrique.
 También consiguió A. Reig detectar que esos huevos pasaron por varios coleccionistas (oólogos) hasta acabar donados a un museo norteamericano.
Con estos datos de Abilio y nuestras fotos del Tajo de Verner contactamos con la WFVZ (Fundación Occidental de Zoología de Vertebrados), con sede en California (ver foto de arriba con su fundador Ed Harrison) y en cuyo museo (Camarillo Bird's Museum) podrían estar, actualmente, los huevos de quebrantahuesos de la colección de Verner.

Pocos días después recibíamos un correo firmado por René Corado (en la foto de la WFVZ), director-conservador del museo americano, al que siempre le estaremos agradecidos.

 R. Corado nos envió una serie de fotos de huevos y copias de las tarjetas con la historia de esos huevos. Es normal que cuando los huevos cambian de poseedor-coleccionista éste redacte su propia tarjeta (egg data card) con los datos que conoce sobre su historia y procedencia.

Son varias las tarjetas de un conjunto de dos huevos localizados en "Sierra de Ubrique". Pero esta de la colección oólogica de W. M. Congreve (que los donó al museo) y escrita a máquina en 1968 por Ed Harrison recopila los datos mas aclaratorios. En su anverso (imagen superior) se recoge que: son dos huevos de quebrantahuesos; colectados el 5 de febrero de 1910 (un año despues de editado el libro de Verner); en una Sierra de Ubrique cercana a Ronda; y en el mismo lugar que dibujó Verner en su libro "My life among...".

En el reverso (imagen superior) sigue Harrison escribiendo a máquina y... resumiendo el texto viene a decir entre otras cosas: que Verner, ya mayor, cedió su colección ornitológica a su sobrino C. R. Verner, residente en Hindon (Inglaterra); que Congreve le compró (al sobrino de Verner) los huevos de Quebrantahuesos por 20 libras en agosto de 1966; y que los huevos procedían de un lugar dibujado (por W. Verner) denominado "Tajo del Cao". Finalmente comenta que no consiguió traducir la palabra "Cao" ni con la ayuda de su diccionario. La última línea de la etiqueta esta escrita a mano, puede que porque ésta se saliera del carro de la máquina de escribir.

Ver abajo la "ADENDA" o "NOTA BENE" sobre la palabra CAO.

Para nosotros esta etiqueta es la prueba evidente de que estos dos huevos de Quebrantahuesos colectados en la "Sierra de Ubrique" (igualmente los podría haber identificado como de la Sierra de Villaluenga), cerca de Ronda y en el "Tajo del Cao" son huevos del mismo nido que encontramos hace ahora dos años en Benaocaz.
Pero las sorpresas y novedades no acaban con esta fenomenal noticia. Paralelamente René Corado nos envía otra etiqueta que corresponde a otro huevo de Quebrantahuesos con la localización "Sierra de Ubrique".


Según su etiqueta se trata de un huevo que perteneció al coleccionista W. Hobson, fue colectado en febrero de 1897 (unos diez años antes que los de Verner) procedente de un lugar "bien conocido" como "Sierra de Ubrique" en Málaga (error de ubicación) al sur de España, en el mismo lugar que describiera Verner en su libro "My life...", por el guía local Rafael Mena.



Por lo tanto, ahora también conocemos que Verner no fue el primero que expolió el nido de la Sierra del Caíllo. Este huevo de la foto se colectó allí a finales del XIX por un tal Rafael Mena, guía local que pudo ser el mismo que llevó a Verner a Benaocaz pocos años después.
Pero... ¿quién era este Rafael Mena?
Fotografía de Harris & Ewing (1916) en la que aparece el taxidermista Nelson Wood del Intituto Smithsonian.

Pasamos toda esta información a Abilio Reig, quién nos confirmó conocer su expediente académico donde aparece que Rafael Mena Santos era natural de Puente Genil (Córdoba), que fue el disecador-preparador del Instituto Provincial de Málaga desde 1878 hasta 1892. En este último año un "decretazo" (para ahorrar gastos, como los de ahora) suprimía la plaza de taxidermista en todos los institutos provinciales. Este hecho hizo que Mena se dedicara "full-time" a guiar a ornitólogos británicos por las sierras malagueñas.

Quebrantahuesos disecado, entr otras aves, en el Instituto Prov. de Málaga. Fotos de 1996 cedidas por Abilio Reig .
 Cuando se "agotaron" los nidos malagueños Mena tuvo que adentrarse en las sierras gaditanas. Esta avidez por cobrar huevos y aves debió ser la responsable de la desaparición del Quebrantahuesos en las sierras de Málaga primero, y en las de Cádiz poco después.


Todos estas novedades sobre los nidos del Tajo de Verner han sido expuestas en las VI Jornadas de Historia Natural de la SGHN, celebradas en Vejer de la Frontera.

La Casa de la Cultura de Vejer, antiguo palacio del Marqués de Tamarón, ha sido la sede de las Jornadas.

Las jornadas se cerraron el domingo (20/10/13) con una novedosa excursión por La Janda, dentro de los límites de la finca Las Lomas (por gentileza de la propiedad) y por la finca Jandilla. Recorrimos parajes poco transitados como el Soto de Malabrigo, la Dehesa de Espartina, el embalse de Cabrahigo, las Lagunas de Alcalá y Jandilla y el Soto y laguna delTorero.

Parajes que William Willoughby Cole Verner describió en sus correrías y expediciones tras las aves de la provincia de Cádiz. Arriba, Verner en una foto tomada por Sarah Angelina Acland, pionera de la fotografía en color. Verner murió en su casa algecireña el 25 de enero de 1922, siendo enterrado en Gibraltar.




"ADENDA" o "NOTA BENE"
SOBRE EL POSIBLE ORIGEN DE LAS PALABRAS "CAO" Y "CAILLO" 
Muchas veces nos habremos preguntado porqué esta sierra que se eleva entre Benaocaz y Villaluenga del Rosario, guarda varios y diversos topónimos. Unos oficiales, ya que aparecen en mapas, como "Sierra del Caíllo", "Navazo Alto" o "Tajo del Cao" y otros de uso mas simple y popular como "Bandera" o "El Cao" sin más.


En nuestro ámbito geográfico se utiliza "cao" para designar a la acequia o canal que conduce el agua hasta el cubo de un molino (pero no es lugar para "molinos hidráulicos" una sierra tan alta y seca). En cambio, si nos vamos al diccionario de la RAE la palabra "cao" tiene esta única acepción:
cao (en Cuba y R. Dom.) Ave carnívora de la familia de los Córvidos, de plumaje negro y pico corvo.

Según nuestro avezado y estudioso amigo, el prof. Abilio Reig, que ha estudiado el origen de esta plabara, el uso de "cao" para designar en Cuba (y otras islas caribeñas) a un córvido, puede tener su origen en las sierras gaditanas. Es posible que antaño los lugareños de "las siete villas" (señorío de los pueblos serranos bajo el dominio cristiano) designasen a los córvidos que habitan en nuestras sierras como "caos" (cuervos) y "caíllos" (por las especies de menor tamaño). Y todo por la similitud de "cao" con la onomatopeya del graznido de estas aves. Sabemos que estas aves pueden anidar en tajos y cortados rocosos bastante inaccesibles. Y que la Sierra del Cao o Caíllo pudo ser un lugar frecuente para estas especies. Si algunos de nuestros ascendientes serranos desembarcaron en aquellas islas del Caribe y empezaron a llamar "caos" a los córvidos de aquellas tierras, los indígenas pudieron copiar este nombre para aquellas aves de oscuro plumaje. En nuestra sierra, sin embargo, el nombre pudo perderse con la modernización del castellano, quedando sólo la Sierra del Caíllo o Tajos de Cao como un toponímico que ha llegado hasta nuestros días.
Aunque lo aquí expuesto no deja de ser una teoría, tiene indicios para convertirse en una realidad. Gracias a Abilio Reig por dejarnos comentar esta propuesta en nuestro blog.

Imágenes y textos sobre el Cao cubano




13 sept 2013

FINAL de VERANO en GRAZALEMA (2013), __con chaparrón y chapuzón.



"... decía Frasquito el pescadero, q.e.p.d., que en llegando la feria de Grazalema era el invierno menos cuarto, y así era, pues en muchos y lejanos años, en estas fechas ya hacía frío y hasta caían las primeras gotas de lluvia."
dicho popular


 
Una de estas últimas tardes de septiembre, el cielo de Grazalema brillaba gracias al juego de los rayos de sol entre las algodonosas nubes. El ambiente había refrescado, avisando que ya estamos a finales de verano y que el otoño llama a la puerta.

 
Un paseo por prados entre alcornocales y encinares, al trasponer Campobuche, era una idea genial para disfrutar de esta agradable jornada. Es zona de campeo de venados y, con suerte, podríamos escuchar las primeras berreas del año de estos grandes machos astados.

 
Cruzamos los llanos del Apeo camino del Cabrizal. El pasto, seco de tanto verano, destaca ante el fondo oscuro por las sombras de las grandes nubes.

 
Apenas hay flores en estos prados agostados. Sólo destacan, de vez en cuando, las rosadas flores de la Carlina gummifera, o cardo de la liga, que florece a final de verano cuando el resto de la planta ya está seca.

Miramos atrás y vemos como las nubes, que llegan desde la Serranía de Ronda, se acumulan en el Endrinal. Al fondo, el pico del Reloj (1.535m.) aparece tras los reflejos del sol.

Seguimos andando hacia el Cabrizal, paralelos a los arranques del Cerro Zurraque.

Cerrillos, que antaño debieron estar cubiertos por el bosque, ahora son los prados del Cabrizal.

Al fondo el Cancho del Torero, bajo un cielo cada vez mas gris.

Terneros, vigilados de lejos por las vacas, no nos pierden de vista.

Llegamos al arruinado cortijo del Cabrizal.

Junto a la puerta encontramos esta inscripción (AG. MG. 1958), con una caligrafía muy cuidada. Puede que fuera de la última rehabilitación, pues en la ortofoto del "vuelo americano" (1956) ya existía el cortijo.

Lo que queda de valor del cortijo, viejas lozas y tejas de barrro cocido, está apilado para poder ser aprovechado.

Seguimos un viejo camino que une Villaluenga y Grazalema con Montejaque, conocido como Cordel del Pozo de los Alamos. De hecho, ya hace un rato que caminamos por la provincia de Málaga.

 
Estos brotes con decenas de capullitos sin abrir son de Urgínea marítima (cebolla albarrana). Flores incipientes que nos avisan de la llegada del otoño.

Antes de llegar al Llano del Culantro tenemos que cruzar un bello y denso encinar.

El sendero-cordel por el encinar del Cortijo del Torero.

Cerca del Culantro empiezan a caernos unas leves gotas, que en principio no nos asustan y seguimos.

Las leves gotas se convierten, en un par de minutos en un chaparrón."Esto no será ná, el sol está fuera", nos decimos.

De hecho llegamos al llano de Culantro y un suave arco iris aparece sobre el Cancho del Torero. Las luces son espectaculares y disfrutamos cuando parece dejar de llover.

Pero el sol y el arco iris desaparecen, suenan truenos y vuelve a llover con acompañamiento de un fuerte viento. Decidimos regresar de inmediato.

Jarrea en cuestión de minutos. No sirve ni resguardarse bajo los árboles. Guardamos las cámaras y corremos monte abajo sin ningún plástico ni paraguas que echarnos por encima (error por exceso de confianza). Llegamos al coche empapados. Nos cambiamos hasta la ropa más íntima. Por suerte no hace frío y nos salvamos de un buen constipado. Mi querida Pentax está húmeda y no funciona. Una buena sesión con el secador y toda la noche junto a una estufa la secan y por suerte funciona por la mañana. ¡Que alivio! Hacía años que no me caía un tromba de agua en tan poco tiempo. Una tormenta de verano que nos persiguió desde Málaga a Cádiz por medio de la sierra.


 
En este corto vídeo (apenas medio minuto), que grabé con el móvil en el llano del Culantro, puede verse el inicio del chaparrón, con la llegada del fuerte viento, seguido de truenos y el arco iris luciendo al llamado "sol de los gitanos". Por estos lares se llama "sol de los gitanos" al que luce cuando ni llueve ni deja de llover.

Tras la pequeña aventura pasada por agua del día anterior decidimos pedir permiso para subir al edificio mas alto de Grazalema. Que no es otro que la torre de la iglesia de la Encarnación. Nos acompaña nuestra cámara, ya que el lugar promete buenas vistas.

Una escalera de mampostería nos lleva al tercer cuerpo de la torre, donde aparecen los huecos de las cuatro esferas del reloj parroquial, que funciona perfectamente. La vieja máquina es de Talleres Tronos, una empresa de Roquetes (Castellón) que construyó muchos relojes para edificios civiles y religiosos del país.

Aunque hoy funciona con movimiento eléctrico todavía puede verse la manivela con la que, cada cierto tiempo, el municipal daba cuerda a la maquinaria. 

 
Cuerdas y atalaje de madera para tocar las campanas de forma manual.

Las cuatro campanas de la torre, todas con inscripciones sobre su año de fabricación y advocación. Por ejemplo: "A la Virgen del Pilar, año 19..,siendo párroco D. Luis Rello García, Fundición Manuel 
Rosas, Torredonjimeno, Jaén."

 
La ventana que da levante, con la Iglesia de la Aurora (mas antigua) y el acceso sur al pueblo.

Panorámica de Grazalema, desde la torre. El barrio jopiche en primer término, y el barrio jopón en la parte mas alta. Y las sierras y picos que rodean al pueblo; de izq. a der.: la Sierra del Endrinal (con la Cueva de las dos Puertas y la Cruz del Picacho), el Peñón Grande en el centro de la imagen, mas al fondo la Sierra del Pinar y el pico San Cristóbal que se salva de la sombra nubosa, y a la derecha el Peñón de la Asamblea, separado del pueblo por el río Guadalete.

 
Y como de nuevo aprieta el calor en la sierra, que mejor que darnos un chapuzón en las frias aguas de los Bramaderos, o Bocaleones o el final de la Garganta Verde, que con cualquiera de estos nombres se conoce a este fresco paraje de Zahara de la Sierra.

Subimos por el arroyo Bocaleones pasando por donde a este se le une el arroyo de Garganta Seca.

El puente de los Palominos, que sigue en pie a pesar de que sus basamentos provienen de época romana.

El puente de los Palominos está recogido en Catalogo Andaluz de Patrimonio (http://www.iaph.es/patrimonio-inmueble-andalucia/resumen.do?id=i15989).

 
Llegamos al tramo de mas belleza, donde el arroyo se encajona entre altos paredones de caliza.

 
Aquí brota el agua por todas partes y el nivel de agua fuerza el remojón.

 
El ruido que provoca el agua bajando por estos estrechones le dió el nombre popular de "bramaderos" por la gente del lugar.

 
Un paraje singular de nuestra sierra que, por su fácil accesibilidad, debería contar con unas mejores infraestrucutras de limpieza. Por desgracia, no todo el mundo deja aquello igual que cuando llegó.

El final del verano está cerca, y los forasteros y emigrantes que han pasado sus vacaciones en Grazalema recogen bártulos y se marchan. Para nosotros empieza una nueva temporada. Pronto llegarán las setas, los bandoleros, las borrascas, los madroños, el frío, la nieve...