"Durante marzo y abril hemos observado varias veces un ave solitaria. El día 25 de marzo la vimos, con prismáticos, acercándose a un escarpada pared en una de las estribaciones de las montañas circundantes, a unos 4.000 pies de altura. Al llegar a ese cortado encontramos que el ave se había marchado mientras nosotros subíamos. Desde la punta de un espolón saliente pudimos ver el nido, que se encontraba en una pequeña cueva apenas lo suficientemente alta como para que un pájaro pueda estar de pie. En la entrada había una plataforma con lana sucia mezclada con palos y uno o dos huesos, pero el nido estaba vacío. El 24 de abril volvimos a visitar el lugar y vimos al quebrantahuesos varias veces, pero el nido seguía vacío, y nos fue imposible encontrar otro nido ocupado cerca de allí. Podría haber sido saqueado, ya que, aunque el tajo tenía 60 pies de altura, el nido era bastante accesible con una cuerda".
Observaciones de Hubert Lynes desde el San Cristóbal, Grazalema (año 1910)
Hace ya casi dos años, en el otoño de 2011, que tuvimos la suerte de re-descubrir uno de los nidos históricos de Quebrantahuesos mas buscados desde que W. Verner lo describiera, dibujara y fotografiara en su libro "My life among the wild birds in Spain" de 1909.
Además de ser el segundo nido histórico de Gypaetus barbatus de la provincia (el primero fue localizado en 1981 por el ornitólogo jerezano Olegario del Junco en la sierras de Tarifa), es el primero de los varios que debieron ubicarse en la Sierra de Grazalema, de donde hay varias citas históricas en libros y artículos de autores como Chapman & Buck, Irby, Lynes, Swann y von Boxberger.
Toda aquella aventura detectivesca la publicamos en octubre de 2012 (para verlo picar aquí) y en la revista de naturaleza Quercus (ver abajo).
Tras la publicación fueron muchos los amigos y bastantes los aficionados a la ornitología que nos felicitaron por el hallazgo.
El paraje se incluyó en un poster de la SEO (Sociedad Española de Ornitología) con los nidos históricos de la mitad sur peninsular encontrados hasta ahora.
Pero ha sido determinante para seguir con la investigación posterior, cuyo resultado hoy publicamos, la colaboración del Dr. Abilio Reig Ferrer, de la Universidad de Alicante, y máximo experto en ornitología histórica, que ya conocemos personalmente y que contamos como un buen amigo.
Con Abilio Reig en La Janda (Vejer).
Por recordar lo que pasó hace dos años reproducimos imágenes del otoño de 2011, cuando localizamos el nido (en realidad eran dos nidos muy cercanos) de Verner en la Sierra del Caíllo, por encima de Benaocaz (P.N. Sierra de Grazalema). Sólo con la ayuda de un dibujo, unas fotos (en sepia de hace 100 años) y nuestra intuición, llegamos a encontrar una roca en una enorme sierra (como una aguja en un pajar).
Vertiente norte de la Sierra del Caíllo (y su cumbre Navazo Alto o Bandera) con los Tajos del Cao cayendo al valle de Fardela.
Vertiente norte de la Sierra del Caíllo (y su cumbre Navazo Alto o Bandera) con los Tajos del Cao cayendo al valle de Fardela.
Mi hijo Pablo, mi cuñado Bienve y mi sobrino Ale en plena búsqueda. Abajo el valle de Fardela y de fondo la Sierra del Pinar (cara sur).
Y AHORA, VAMOS A LAS NOVEDADES
El prof. Abilio Reig contactó con nosotros cuando conoció por Quercus la noticia del nido histórico de quebrantahuesos del libro de W. Verner. Llevaba tiempo intentando localizar topónimos e imágenes del libro y nos pidió ayuda para identificarlas. Viajó hasta Benaocaz para conocer los nidos, pero el mal tiempo no le permitió subir. En sus estudios sobre Verner había detectado que existían dos o mas huevos de quebrantahuesos recolectados en un lugar identificado como "Sierra de Ubrique, provincia de Málaga". Dato curioso ya que Ubrique no es municipio malagueño, pero históricamente su sierra se consideró parte de la malagueña Serranía de Ronda. Podían ser varias las posibilidades del origen de estos huevos:
- 1ª) de un nido desconocido de la propia Sierra de Ubrique, y que el error fuera la provincia.
- 2ª) de un error de escritura y que fueran de un nido de Málaga (p.e.: de "Sierra de Jubrique, prov. de Málaga).
- 3ª) que fueran de los nidos de Benaocaz, considerado en algunos textos de viajeros como perteneciente a la Sierra de Ubrique.
Con estos datos de Abilio y nuestras fotos del Tajo de Verner contactamos con la WFVZ (Fundación Occidental de Zoología de Vertebrados), con sede en California (ver foto de arriba con su fundador Ed Harrison) y en cuyo museo (Camarillo Bird's Museum) podrían estar, actualmente, los huevos de quebrantahuesos de la colección de Verner.
Pocos días después recibíamos un correo firmado por René Corado (en la foto de la WFVZ), director-conservador del museo americano, al que siempre le estaremos agradecidos.
R. Corado nos envió una serie de fotos de huevos y copias de las tarjetas con la historia de esos huevos. Es normal que cuando los huevos cambian de poseedor-coleccionista éste redacte su propia tarjeta (egg data card) con los datos que conoce sobre su historia y procedencia.
Son varias las tarjetas de un conjunto de dos huevos localizados en "Sierra de Ubrique". Pero esta de la colección oólogica de W. M. Congreve (que los donó al museo) y escrita a máquina en 1968 por Ed Harrison recopila los datos mas aclaratorios. En su anverso (imagen superior) se recoge que: son dos huevos de quebrantahuesos; colectados el 5 de febrero de 1910 (un año despues de editado el libro de Verner); en una Sierra de Ubrique cercana a Ronda; y en el mismo lugar que dibujó Verner en su libro "My life among...".
En el reverso (imagen superior) sigue Harrison escribiendo a máquina y... resumiendo el texto viene a decir entre otras cosas: que Verner, ya mayor, cedió su colección ornitológica a su sobrino C. R. Verner, residente en Hindon (Inglaterra); que Congreve le compró (al sobrino de Verner) los huevos de Quebrantahuesos por 20 libras en agosto de 1966; y que los huevos procedían de un lugar dibujado (por W. Verner) denominado "Tajo del Cao". Finalmente comenta que no consiguió traducir la palabra "Cao" ni con la ayuda de su diccionario. La última línea de la etiqueta esta escrita a mano, puede que porque ésta se saliera del carro de la máquina de escribir.
Ver abajo la "ADENDA" o "NOTA BENE" sobre la palabra CAO.
Para nosotros esta etiqueta es la prueba evidente de que estos dos huevos de Quebrantahuesos colectados en la "Sierra de Ubrique" (igualmente los podría haber identificado como de la Sierra de Villaluenga), cerca de Ronda y en el "Tajo del Cao" son huevos del mismo nido que encontramos hace ahora dos años en Benaocaz.
Pero las sorpresas y novedades no acaban con esta fenomenal noticia. Paralelamente René Corado nos envía otra etiqueta que corresponde a otro huevo de Quebrantahuesos con la localización "Sierra de Ubrique".
Según su etiqueta se trata de un huevo que perteneció al coleccionista W. Hobson, fue colectado en febrero de 1897 (unos diez años antes que los de Verner) procedente de un lugar "bien conocido" como "Sierra de Ubrique" en Málaga (error de ubicación) al sur de España, en el mismo lugar que describiera Verner en su libro "My life...", por el guía local Rafael Mena.
Por lo tanto, ahora también conocemos que Verner no fue el primero que expolió el nido de la Sierra del Caíllo. Este huevo de la foto se colectó allí a finales del XIX por un tal Rafael Mena, guía local que pudo ser el mismo que llevó a Verner a Benaocaz pocos años después.
Pero... ¿quién era este Rafael Mena?
Pasamos toda esta información a Abilio Reig, quién nos confirmó conocer su expediente académico donde aparece que Rafael Mena Santos era natural de Puente Genil (Córdoba), que fue el disecador-preparador del Instituto Provincial de Málaga desde 1878 hasta 1892. En este último año un "decretazo" (para ahorrar gastos, como los de ahora) suprimía la plaza de taxidermista en todos los institutos provinciales. Este hecho hizo que Mena se dedicara "full-time" a guiar a ornitólogos británicos por las sierras malagueñas.
Cuando se "agotaron" los nidos malagueños Mena tuvo que adentrarse en las sierras gaditanas. Esta avidez por cobrar huevos y aves debió ser la responsable de la desaparición del Quebrantahuesos en las sierras de Málaga primero, y en las de Cádiz poco después.
Quebrantahuesos disecado, entr otras aves, en el Instituto Prov. de Málaga. Fotos de 1996 cedidas por Abilio Reig . |
Todos estas novedades sobre los nidos del Tajo de Verner han sido expuestas en las VI Jornadas de Historia Natural de la SGHN, celebradas en Vejer de la Frontera.
La Casa de la Cultura de Vejer, antiguo palacio del Marqués de Tamarón, ha sido la sede de las Jornadas.
Las jornadas se cerraron el domingo (20/10/13) con una novedosa excursión por La Janda, dentro de los límites de la finca Las Lomas (por gentileza de la propiedad) y por la finca Jandilla. Recorrimos parajes poco transitados como el Soto de Malabrigo, la Dehesa de Espartina, el embalse de Cabrahigo, las Lagunas de Alcalá y Jandilla y el Soto y laguna delTorero.
Parajes que William Willoughby Cole Verner describió en sus correrías y expediciones tras las aves de la provincia de Cádiz. Arriba, Verner en una foto tomada por Sarah Angelina Acland, pionera de la fotografía en color. Verner murió en su casa algecireña el 25 de enero de 1922, siendo enterrado en Gibraltar.
"ADENDA" o "NOTA BENE"
SOBRE EL POSIBLE ORIGEN DE LAS PALABRAS "CAO" Y "CAILLO"
Muchas veces nos habremos preguntado porqué esta sierra que se eleva entre Benaocaz y Villaluenga del Rosario, guarda varios y diversos topónimos. Unos oficiales, ya que aparecen en mapas, como "Sierra del Caíllo", "Navazo Alto" o "Tajo del Cao" y otros de uso mas simple y popular como "Bandera" o "El Cao" sin más.
En nuestro ámbito geográfico se utiliza "cao" para designar a la acequia o canal que conduce el agua hasta el cubo de un molino (pero no es lugar para "molinos hidráulicos" una sierra tan alta y seca). En cambio, si nos vamos al diccionario de la RAE la palabra "cao" tiene esta única acepción:
Según nuestro avezado y estudioso amigo, el prof. Abilio Reig, que ha estudiado el origen de esta plabara, el uso de "cao" para designar en Cuba (y otras islas caribeñas) a un córvido, puede tener su origen en las sierras gaditanas. Es posible que antaño los lugareños de "las siete villas" (señorío de los pueblos serranos bajo el dominio cristiano) designasen a los córvidos que habitan en nuestras sierras como "caos" (cuervos) y "caíllos" (por las especies de menor tamaño). Y todo por la similitud de "cao" con la onomatopeya del graznido de estas aves. Sabemos que estas aves pueden anidar en tajos y cortados rocosos bastante inaccesibles. Y que la Sierra del Cao o Caíllo pudo ser un lugar frecuente para estas especies. Si algunos de nuestros ascendientes serranos desembarcaron en aquellas islas del Caribe y empezaron a llamar "caos" a los córvidos de aquellas tierras, los indígenas pudieron copiar este nombre para aquellas aves de oscuro plumaje. En nuestra sierra, sin embargo, el nombre pudo perderse con la modernización del castellano, quedando sólo la Sierra del Caíllo o Tajos de Cao como un toponímico que ha llegado hasta nuestros días.
Aunque lo aquí expuesto no deja de ser una teoría, tiene indicios para convertirse en una realidad. Gracias a Abilio Reig por dejarnos comentar esta propuesta en nuestro blog.
... alucinante trabajo de investigación y documentación , me ha dejado perplejo, porque llega hasta los mas remotos detalles , el origen u origenes necesarios.
ResponderEliminarY las fotos , una pasada .
Aquí está el valor de las cosas , de las aves , de lo auténtico. Esperemos que la incultura y chomineo actuales no actuen otra vez mas como agentes exterminadores. Aunque le temo mucho mas a las todopoderosas corporaciones o multinacionales productoras de agentes "naranja " los fabricantes de devastadores insecticidas y herbicidas . Una locura desatada ahora contra los insectos y las hierbas del necesario soporte natural y vital. Otro genocidio mas ... y ya son muchos.
En mi zona de la subbetica cordobesa sobrevolaban quebrantas y alimoches . Ahora : missing total.
saludos antonio de rute.
Gracias por tu interés Antonio.
EliminarInteresantísimo artículo de nuestro desaparecido Quebrantahuesos, llevo tiempo queriendo leer su libro editado recientemente pero no lo encuentro por ningún lado.
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