Retomamos las entradas al blog después de muchos meses en pausa por cuestiones obvias. Desde la "expedición" a la montaña palentina -allá por julio, cuando nos decían que habíamos vencido al virus y solo saltamos una ola- no hemos podido pasear mucho, si acaso por nuestro término municipal, que por suerte es de los más extensos del país. Ahora, que parece que va acabando el "confitamiento" volvemos a pasear por la provincia, aunque nos pesen algunos kilos de más que habrá que quemar. En esta primera entrada de 2021 (anno secundo horribilis maximus) retratamos un campiña jerezana espléndida tras un otoño-invierno lluvioso y bien fresco (por cierto, la campiña nos ha deparado una bonita sorpresa-novedad botánica de la que pronto daremos cuenta). Después nos vamos a la Sierra del Aljibe para buscar la laguna más alta de Jerez, que solo aparece en viejos mapas. Y también bajamos al nivel del mar para visitar la marisma trebujenera y uno de los últimos tramos de costa virgen gaditana.
Empezamos por la campiña con estas avefrías (Vanellus vanellus) en un charco de lluvia. "Los pájaros que venían con el frío". Cada vez más raras. Será que no hace frío o que les dieron mucho plomo.
Diploschistes diacapsis. Un líquen que cuando lo pisas se rompe en varios trozos y le haces un favor; ya que cada una de esas partes se reproducirá y por tanto habrá más ejemplares. Por eso suele verse en caminos y pasos de ganado. Buena estrategia la de esta especie.
La alfásida gaditana (Alphasida typica). Un escarabajo endémico que este año ha aparecido antes de tiempo.
La primera orquídea que he fotografiado esta temporada: Oprhys fusca.
Otro que hemos visto bastante pronto, la primavera se ha adelantado: Agapanthia asphodeli, el escarabajo longicorne del gamón.
Y ya que citamos al gamón (Asphodelus ramosus), hemos encontrado esta vara de flor con una curiosa fasciación (crecimiento anormal en parte de una planta por la picadura de un insecto).
Una abeja solitaria: Eucera sp. macho (por las antenas largas a diferencia de las hembras).
Encuentro curioso en un rincón de la campiña. ¡¡Ya sabemos como se "fabrican" esos quesos de color naranja!!
Este rincón nos gusta más. Un quejigal de llanura. En estas fechas los quejigos viven su otoño particular; pierden la hoja en marzo para empezar pronto a verdear nuevas ramas.
Centaurea pullata. Muy bonita y común.
Flores de peral silvestre o piruétano (Pyrus bourgeana).
Malcolmia triloba.
Día de lluvia en la campiña. Tiene su encanto.
Erodium primulaceum de flor blanca; hipocromática para los expertos y albina para los comunes.
Estas curiosas setas de sombrero (o píleo) negro se conocen como "oreja de gato". Su nombre científico: Helvella lacunosa.
Illecebrum verticillatum. Una planta rastrera con flores diminutas que es capaz de tapizar un buen trozo de suelo.
Una de las orquídeas más bonitas y vistosas que puede verse en la campiña: Orchis italica. Algunos la llaman la orquídea de los hombrecitos desnudos (y bien dotados).
Si nos fijamos en la foto anterior veremos que tiene un visitante. Aquí la vemos con más detalle: Thomisus onustus, araña cangrejo.
Orchis bombyliflora y abajo dos orquídeas mas de la campiña.
Ophrys speculum.
Ophrys tenthredinifera.
Y nos vamos a la Marisma de Trebujena. Pronto se estrenará un documental sobre estos parajes realizado por nuestro amigo Antonio López (en la foto). Lo hemos acompañado a fotografiar plantas y bichos y aquí van unas cuantas fotos.
Lathyrus ochrus.
Uno de los animalillos más curiosos que pudimos encontrar. Triops cf. baeticus Un auténtico fósil viviente que no ha cambiado de apariencia en 220 millones de años!!
Ocnogyna baetica, conocida como oruga de los prados (inofensiva, al contrario de la procesionaria del pino, con la que suele confundirse). Aquí las pillamos comiendose un tallo a medias.
Larinioides suspicax (macho) construyéndose un refugio.
Lasiocampa trifolii, una oruga bonita y gordota que se convierte en una bella mariposa. Aquí cambiando de un brote a otro quizás más tierno.
Otra fasciación en el tallo de esta planta marismeña: Suaeda vera.
Este caracol ha subido hasta la flor y ya es tarde. Sus semillas están preparadas para volar con el viento.
Calamobius filum, considerado plaga por los agricultores (le llaman "tronchaespigas"), que aquí se alimenta de gramíneas silvestres.
Una chinche muy temprana: Reuterista instabilis (id. por M. Baena). Se estaba soleando posada sobre un caracol.
Una oruga de geométrido sube por el tallo de una Silene. Se les llama así porque se mueven de forma similar a cuando se mide a palmos.
Otra rareza, por lo que cuesta verlos y la vida tan efímera que tienen. Esta "gamba duende" (Chirocephalus diaphanus) aparece en pequeños charcos de lluvia. Antes de que se sequen ya se han reproducido (en la foto una hembra por el saco de huevos que lleva a cuestas) y han depositado sus huevos en el fondo. Allí quedan en estado latente hasta que vuelve a llover y entonces eclosionar.
Atardece en la marisma trebujenera y tenemos la luz justa para fotografiar estos lirios enanos o "patitas de burro" (Gynandriris sisyrinchium). Su nombre le viene por el parecido de su raíz con la pezuña de un burro.
Ocaso junto al río Guadalquivir.
De las marismas subimos a los parajes más altos de Jerez. por la Sierra del Aljibe (Los Alcornocales).
La Sierra del Aljibe es la más alta de Los Alcornocales. Su cumbre está a 1.092 m.s.n.m.
Desde su cima bajan
cordales que se reparten entre 2 provincias y 3 municipios: Málaga y
Cádiz, y Cortes de la Frontera, Alcalá de los Gazules y Jerez. En la foto el Picacho, cumbre secundaria de esta Sierra.
Su vertiente noroeste es la jerezana, el punto más alto es Puerto Oscuro. Por allí arriba, en viejos mapas y planos del término, se ubica la laguna de Taconeras, la más alta de Jerez, entre los 800 y 900 m. de altitud. En mapas más actuales solo queda el nombre a la zona. Tras cotejar mapas y ortofotos, y hacer algunas consultas con buenos conocedores de la zona, nos decidimos a buscarla y conocerla.
Primero subiremos a la cumbre del Aljibe. El día es fresco y soleado y las vistas magníficas. Hacia el sur el pico del Montero (con esa horrible estación militar), y detrás (de izq. a der,): el peñón de Gibraltar, el Estrecho bajo una capa de niebla, El Jebel Musa (entre nubes algodonosas) y de fondo las montañas del Rif africano.
Hacia el noreste la Sierra de Grazalema -de fondo- y los Montes de Propios de Jerez más cerca.
Roquedos de arenisca de Puerto Oscuro.
La Sierra de Grazalema con mejor nitidez. Se aprecian las cresterías de la Sierra del Pinar y S. del Endrinal. La manchita blanca es Benaocaz. En primer plano un brezal en flor.
Tras crestear durante un buen tramo por fin tenemos a la vista nuestro objetivo. Es la única zona de esta ladera donde una pequeña cuenca recoge aguas.
A pesar que lo mucho que ha llovido y que corre agua por todos lados parece que la laguna se ha quedado en un charco. Todo tiene una explicación.
Esta fue la laguna de Taconeras (o Las Taconeras). El problema es que la cubeta, con el paso de los años, se ha colmatado con un aluvión de arenas que ha dejado la superficie por encima del arroyo que -en su dia- fue el rebosadero de la laguna (queda a la der. entre los árboles). Nos han contado que el topónimo de "Las Taconeras" ya no se utiliza actualmente. El nombre puede derivar de "toconera" por haber sido lugar de muchos tocones. Cuando esta ladera se desamortizó, pasando a manos privadas, fue talada por completo quedando plagada de tocones; y de ahí el topónimo. A su vez esto provocó una fuerte erosión que dejó a esta laguna colmatada en poco tiempo. Un triste final de la mano del hombre.
Hoja de alcornoque con una agalla con forma de perla roja. Una avispilla llamada Neuroterus quercusbaccarum, introduce su puesta en la hoja, que reacciona con este tumor que finalmente servirá a la orugita de refugio y alimento.
Romulea bulbocodium con la flor casi entera blanca.
Este llano a 1.000 metros cuenta con un joven bosquete de Quecus pyrenaica o roble melojo. Estas son las poblaciones más meridionales de la peninsula de este árbol.
De regreso volvemos a disfrutar de estas vistas hacia el Estrecho y el Rif. La niebla se ha retirado y ya incluso vemos Ceuta.
Vista, desde el embalse del Guadalcacín de la vertiente jerezana de la Sierra del Aljibe. Destaca el Picacho a la derecha y bajo el punto más alto (casi en el centro) queda lo que queda de Las Taconeras.
Y hace pocos días nos acercamos a la costa de Conil. La idea era echar un vistazo a la colonia de ibis de la Torre de Castilnovo. Y de paso ver todo lo que por allí crece o se mueve.
Esta y todas las flores a partir de ahora crecen sobre las arenas y dunas conileñas. Romulea clusiana.
Jacinto bastardo (Dipcadi serotinum).
Conil de la Frontera.
Scilla peruviana.
Paronychia argentea, conocida como flor de papel.
Centaurea sphaerocephala.
Crepis vesicaria subsp. taraxacifolia.
Cartel informativo que instaló la SGHN para informar de este enclave como zona de cría del ibis eremita.
Vacas playeras y dunares.
La Torre de Castilnovo. En algunos mapas antiguos aparece como Castildelobos. ¿Sería una referencia a lobos marinos? ¿o lobos ibéricos? ...que de los dos hubo por estos lares.
Un caracol (Teba andalusica) con malformación en la concha.
Y acabamos con esta bella mariposa que raramente vuela a más de un metro del suelo. Siempre entre la hierba y con esa coloración a rayas verdes cuesta verla: Euchloe belemia. Su nombre viene por ser identificada con ejemplares colectados junto a la Torre de Belém (Lisboa), por el entomólogo alemán Eugenius J.C. Esper en el año 1800.
Que bueno!!! Ya veo que diste con ella. Al menos queda una charca que guarda el testigo de la antigua laguna.
ResponderEliminarUna pena Agustín, pero es un gustazo andar por lo más alto de Jerez!! jaja
EliminarMaravillosas fotos y excelente transmisión de conocimientos de naturaleza. Enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Gabriel. Aquí aprendemos todos a la vez. Saludos.
EliminarUn reportaje, o mejor dicho tres reportajes en uno, estupendos en conocimientos, con fotos espectaculares. Cada vez mejor, José Manuel. Gracias por compartir tus saberes, que son tu esfuerzo. Un abrazo.
ResponderEliminarYa había ganas de publicar en el blog!! Un saludo Manuel.
EliminarCasi perfecto. Enhorabuena !!
ResponderEliminarGracias!! La perfección de la naturaleza está siempre delante del objetivo.
EliminarCasi perfecto. Enhorabuena !!
ResponderEliminarSaludos, J.M. Como siempre en tu linea, muy buenas fotos y un gran repaso por la provincia.
ResponderEliminarGracias Salvador. Ya sabes que disfrutamos como niños con estos paseos.
EliminarBuen articulo !!! Buenas fotos !!!
ResponderEliminarGracias Paco!!
EliminarHola José Manuel,
ResponderEliminarMuy interesante todo. Gracias por compartirlo.
Una observación sobre la laguna "perdida". Hace casi 20 años hice un trabajo de recopilación de prácticas ganaderas tradicionales en la Sierra de Cádiz (disponible en http://webs.ucm.es/info/soberania.alimentaria/Conocimiento%20ganadero%20tradicional.pdf ) y una de las que salió fue la limpieza de los "raneros" de la sierra (charcas temporales) en verano, retirando barro seco para mantener el agua limpia y evitar que perdieran capacidad. Es probable que esa práctica secular estuviera extendida y haya sido olvidada como consecuencia de limitaciones, comodidades y abandonos del campo. Prueba a preguntar a algún paisano mayor por si te cuentan algo al respecto.
Saludos
Vicente
Que buen trabajo Vicente, no lo conocía y me lo guardo. He visto lo que dices de los raneros, pero en Grazalema los que sí se mantenían eran los "perezosos", unos lagunillos artificiales e incluso naturales pero ahondados por los pastores y cabreros para retener más agua. El nombre tan singular viene de la querencia de algunos animales a quedarse cerca de estos charcos y moverse poco a por comida. Hoy quedan pocos perezosos y abandonados, ya que hay otros metodos más modernos para abrevar al ganado. Bueno, de eso sabes más que yo, jaja. Un saludo.
EliminarMancantao el resumen. :)
ResponderEliminarGracias Elvira. A ver si nos vemos que ahora creo que eres vecina sanluqueña!!
EliminarPRECIOSO E INSTRUCTIVO COMO SIEMPRE , GRACIAS.
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