En la provincia de Cádiz el topónimo "Las Palomas" está muy bien representado. Que se nos venga rápido a la memoria hay un puerto de montaña, una puerta entre montes, una isla, un islote, una cueva caliza, un manantial, un arroyo, ... Pero es que si ponemos el término en el "Buscador de nombres geográficos" del IECA aparecen hasta 21 coincidencias: cortijo, tajo, haza, donadío, etc. En esta ocasión hemos visitado los cuatro abrigos de Las Palomas, en Tarifa. Un santuario del arte rupestre que guarda uno de los mejores ejemplos de nuestro Arte Sureño. Lugar elegido por nuestros ancestros paleolíticos y neolíticos para plasmar su interacción con la flora y la fauna prehistórica. Un lugar a cuidar y conservar.
Los abrigos o cuevas de Las Palomas se encuentran en una sierra interior del t.m. de Tarifa. En un lugar de no fácil acceso -aunque llega algún que otro vándalo- y en finca privada, por lo que se necesita permiso.
El lugar fue descubierto por el abate francés H. Breuil en 1916. Fue declarado BIC en 1985 y estudiado desde entonces por diversos expertos. A pesar de ello no tiene ninguna protección ni identificación como tal.
Estuvimos en la cueva principal de Las Palomas hace muchos años. No teníamos ni cámara!! Por lo que volver a este lugar ha sido un gran momento.
Además el día elegido ha sido el mejor. El cielo está cubierto, ha llovido toda
la noche y el monte está fresco y húmedo. Tanto que la vegetación nos
deja empapados de medio cuerpo para abajo. En la foto un hongo lleno de agua de lluvia.
Flores de Lobelia urens con gotas de lluvia.
Nos acompaña Hugo Mira, reciente descubridor de unos motivos paleolíticos en estas cuevas, que en pleno siglo XXI siguen dando sorpresas gracias a los adelantos tecnológicos.
Bonita esta Rhaponticoides africana (antes Centaurea africana) con gotas de agua. Veremos muchas, ya que están en su máximo de floración.
Por fin estamos en Las Palomas I, la mas grande de las 4 y con mayores paneles con pinturas.
Espectaculares estas pinturas en la pared al resguardo del levante!!
Mi amigo Manolo disfrutando de este lugar mágico.
Montaje de varias fotos con todo el panel principal.
En la pared de poniente deben haberse perdido muchas pinturas por efecto de la erosión natural que predomina en la zona, pero quedan algunos trazos como estas formas a base de puntos realizados con dos dedos a la vez. A la derecha hay una figura tan gastada que cuesta ver con el ojo humano.
Gracias a la tecnología de la cámara de Hugo (con la aplicación D-Stretch) podemos observar trazos que nuestra vista ya dan por perdidos. Vemos una cabeza de caballo de un pigmento pardo que se ha datado en el paleolítico.
Incluso en el mejor panel de pinturas esta tecnología permite ver trazos más antiguos que quedaron por debajo de pinturas realizadas posteriormente.
Las Palomas I, boca inferior.
Vemos como entra y sale en esa zona superior semi-oscura un ave de rápido vuelo.
Y es que hay un nido de tierra casi en el techo. Todavía con pollos de avión roquero (Ptyonoprogne rupestris).
En la puerta de la cueva crecen mas plantas y flores de la fotogénica Rhaponticoides africana.
Rhaponticoides africana. Esta planta es originaria del norte de Africa (desde Marruecos a Libia) y está presente en Sicilia, Portugal y en España (aunque solo en Cádiz, Málaga y Pontevedra).
Un estudio reciente (2019), publicado en la revista del Jardín Botánico de Kew, describe que las flores de Rhaponticoides africana contienen un flavonoide -la algerianina- que se está mostrando eficaz en la lucha contra la leucemia. Y que por suerte resulta una planta de fácil cultivo.
Cusiosamente vimos una mosca que gustaba de posarse en sus flores. Incluso copulando como esta pareja de la foto. Mandamos fotos a expertos que nos dijeron que es una mosca del género Terellia. Hay Terellias que viven en torno a las centaureas, ya que sus larvas se alimentan de estas plantas. Pero esta no coincidía con ninguna de las especies ibéricas. Habrá que volver y capturar algún ejemplar.
Y entre una cueva y otra seguimos viendo flores. Como estas!! (abajo con más detalle).
Teucrium pseudoscorodonia.
Caminamos con cuidado por la laja que guarda a las 4 cuevas de Las Palomas. Como muchos ya sabéis, esta roca arenisca cuando está seca es muy segura y agarra bien la goma de las botas; pero cuando está mojada su capa de líquenes "revive" y se convierte en una peligrosa "gelatina". Por eso mismo evitamos la cueva 2, ya que su acceso es complicado.
En las grietas de la roca vemos colonias de esta planta crasa: Sedum brevifolium.
Panel principal de Las Palomas III. Pinturas muy desgastadas donde destacan los antropomorfos con brazos en jarra.
Dos cuadrúpedos que podrían ser ciervas o équidos.
Vista frontal de Las Palomas III.
Entre la III y la IV otra bonita flor. Esta es Klasea boetica subsp. alcalae. Otra norteafricana solo presente en Cádiz y Málaga.
Y llegamos Las Palomas IV.
La cueva es muy abierta, casi mejor es un abrigo, y esto hace que tenga menos pinturas.
Puntuaciones, zoomorfos, antropomorfos, líneas en zig-zag. Todas más fáciles de ver con la cámara especialmente preparada para ello. Hugo encontró en estas cuevas pinturas únicas y ya perdidas para el ojo humano. Hablamos de manos impresas en negativo sobre la pared (aerografiadas) en el paleolítico. Existen pocos casos de estos en el sur peninsular por lo que este descubrimiento ha sido motivo de una publicación en el nº 52 de la revista Almoraima, que pronto será presentada. podéis ver un adelanto clicando aquí.
Si vemos bien en la pared de arenisca a esta araña típica de estas cuevas y abrigos: Tama edwardsi.
Bajamos por un cerrado canuto que nos permite ver este avellanillo: Frangula alnus subsp. baetica.
Ya en un prado lo encontramos tapizado de Tolpis.
Y de otras flores amarillas como este Linum tenue.
Teucrium resupinatum.
Entre las flores de una tagarnina asoma este pequeño saltamontes (Calliptamus sp.).
Lythrum junceum.
Y para acabar este ortóptero que parece "fabricado" con arenisca. Una ninfa de Acinipe sp.. Cuando crezca se convertirá en el saltamontes más grande y pesado de la Península.
Imagen de Hugo Mira realizada en Las Palomas: mano en negativo de una persona que le falta el meñique, o que lo ocultó intencionadamente. Gracias a Hugo por enseñárnosla in situ. Y a Manuela Puerta, Eduardo Briones y Manolo Barcell por su compañía en este viaje al pasado.
Interesante lugar, rodeado de naturaleza.
ResponderEliminarSalut
espectacular como todo lo que pones,un abrazo desde Conil.Emilio
ResponderEliminarSencillamente Espectacular!!!
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