A veces contamos los años por primaveras. La de este año -2020- casi que nos la hemos perdido; habrá que descontarla por cuestiones de fuerza mayor. Pero no todo está perdido. Mientras el levante intenta agostar la campiña -que aguanta bien gracias a las fenomenales lluvias que hemos visto caer desde la ventana- en nuestra querida Sierra de Grazalema la naturaleza está exuberante como hacía tiempo que no la veíamos. Aquí voy a dejar unas fotos de la relativa vuelta a la normalidad de un naturalista aficionado.
Las primeras luces de la mañana tiñen con un tono anaranjado la cal de las casas de Grazalema y la caliza del pico San Cristóbal.
Salimos del pueblo por la Puerta de la Villa, bajando hacia el río Guadalete.
Delphinium staphisagria, de nombre común "matapiojos". Sus semillas tienen alcaloides tóxicos y se usaban
para combatir los piojos, de ahí su denominación.
La calzada medieval se encuentra casi oculta por la vegetación. Creemos que la acción de las intensas y vigorosas lluvias primaverales junto con el confinamiento, que ha mantenido a los grazalemeños en casa sin poder andar y pisar estos caminos habituales de paseo y camino de sus huertos, son los causantes de esta situación.
Neoscona o Aculepeira (se parecen mucho).
Himantoglossum hircinum. Una orquídea de gran porte y numerosas flores.
Detalle de Himantoglossum hircinum. Tiene varios nombres comunes, a nosotros nos gusta el de "orquídea de las cintas".
Otra especie de orquídea que en estos días de finales de mayo está en su máximo esplendor: Anacamptis pyramidalis.
Anacamptis pyramidalis.
Anacamptis pyramidalis acompañada de Nigella.
Ophrys tenthredinifera subsp. ficalhoana.
Silene andryalifolia. Endemismo ibero-magrebí. Siempre colgada en paredes calizas. Este ejemplar estaba en un suelo rocoso. En cuanto pase una cabra...
Stachys circinata.
No vimos ninguna "amapola de Grazalema" (estarán en flor en pocos días) pero si muchas amapolas en Grazalema. Como esta amapola común Papaver rhoeas.
O esta amapola adormidera (Papaver somniferum).
Melanargia ines. La primera foto de mariposa en varios meses, me pilla desentrenado y no la enfoco bien, pero es muy bonita.
Echium albicans. Planta endémica de las sierras calizas de las provincias de Granada, Málaga y Cádiz.
Buscamos una vereda que da paso de Peñaloja al despoblado árabe de Grazalema. La vereda es estrecha y baja por ella un grupo de jóvenes cabras monteses. Cuando nos ven subir salen tranquilamente del camino y se retiran unos metros. Les hago unas cuantas fotos.
Se suben a una piedra y esperan que pasemos. Enseguida bajan y vuelven a la vereda. Han cumplido fielmente el protocolo de distancia social. Parece que conocen el decreto.
Esta bonita araña de abdomen roji-negro (Philaeus chrysops) apenas se asusta cuando nos acercamos a retratarla. Puede que sea el primer humano que vea en su vida!!
Magnífico ejemplar de Verbascum giganteum. Su nombre común es gordolobo. Este nombre es un derivado en castellano de cola de lobo (de códa-lúpo y códa lóbbo), por la forma de sus grandes hojas, que recuerdan a la cola de ese animal. Por cierto, en Grazalema se conoce localmente esta planta como papazorro, puede que por el parecido también de esas grandes hojas a la cola de un zorro.
Hay unos pequeños gorgojos que viven casi exclusivamente sobre el gordolobo. Ya lo hemos visto otras veces y nos lo han identificado como Gymnetron tetrum.
Este matagallo malagueño (Phlomis crinita subsp. malacitana) ha aparecido por aquí por la cercanía geográfica. Era el único ejemplar entre muchos matagallos comunes. Aunque hay que decir que hay poblaciones en las cercanas sierras de Villaluenga lindantes con Málaga.
Cuando estuvimos por febrero por Grazalema vimos las peonias (Paeonia broteri) todavía formando el capullo floral. En este tiempo ha pasado a flor, y de la flor a los frutos. Estas "estrellas de terciopelo" están llenas de semillas a punto de abrirse.
Más cabras (Capra pyrenaica) por los altos de Peñaloja.
Antiguo callejón entre muros de piedra seca del despoblado árabe de Grazalema.
Vainas del arbusto Adenocarpus decorticans (rascavieja). Vemos como están cubiertas de micro-glándulas (de ahí su nombre científico, del griego adenos -ganglios- y karpos -frutos-). Seguramente dan un sabor desagradable para el gusto de los herbívoros. Obviamente no lo hemos probado, pero si podemos decir que si las tocas te deja un agradable perfume en la piel que dura bastante tiempo.
En las orquídeas de las cintas vimos unos hemípteros pululando por sus flores. Nuestro amigo y experto M. Baena nos informa que se trata de la especie Capsodes sulcatus, frecuente en la Península Ibérica y que suele alimentarse succionando la savia de la planta.
Esta pequeña masa informe de excremento es la forma de defensa de un escarabajo. La larva, que se alimenta de la planta, se recubre con sus propias heces, simulando el excremento de un pájaro, de donde emergerá un bonito coleóptero rojo denominado Lilioceris lilii. Ya vimos un adulto hace un par de años (ver abajo) en Grazalema, pero nunca antes así. O quizás sí pero lo confundimos. Fue nuestro amigo Iñigo Sánchez quién lo advirtió.
Elatérido.
Frutos inmaduros de un cerezo silvestre, de nombre científico Prunus mahaleb. Algo así como llamarse "Cerezo cerezo", ya que prunus es cereza en latín y mahaleb es cereza en árabe. Tiene nombres comunes tan dispares como "cerezo de Mahoma" y "cerezo de santa Lucía", puede que para tener contento a ambas religiones.
Vimos un grupo de coleópteros revoloteando entre las ramas de una cornicabra. Comían con ganas sus hojas verdes: Más tarde Iñigo me comentaba que son de la especie Lachnaia paradoxa.
Fumana lacidulemiensis, es una especie con una única población en el planeta, y solo en una amplia y soleada ladera de la Sierra de Grazalema. Su flor es muy efímera, se abre durante unas pocas horas -al amanecer o atardecer- para luego dejar caer sus pétalos. El botánico Jaime Güemes, que la describió en 1992, la "bautizó" con ese nombre en memoria del antiguo nombre romano de Grazalema: Lacidulia (aunque sería más correcto Lacilbula).
Para ir acabando, un par de bellos paisajes desde el Puerto de las Palomas (o Puerto de la Mesa, nombre de los locales). La Sierra del Endrinal con sus cimas gemelas Reloj y Simancón y delante el Peñón Grande.
La aguja del Puerto de las Palomas. Detrás el alcornocal de Grazalema y la Serranía de Ronda al fondo.
Brotes nuevos en un pinsapo grazalemeño.
Una maravilla, para los que todavia estamos en fase 1 y sin poder movernos de nuestra zona sanitaria.
ResponderEliminarSalut
Manolo, pronto hablaremos de esta crisis como un recuerdo (aunque no muy agradable). Cuando aquí abajo se acabe la primavera tendremos que pensar en ir hacia el norte. Igual nos vemos!! Un abrazo.
EliminarHola Jose Manuel. Estupendo reportaje. Se te agradece el compartirlo y deseando poder desplazarnos entre provincias y poder visitar nuestra querida Sierra de Grazalema. Saludos desde Carmona.
ResponderEliminarHola Miguel Angel. Que bueno saber que estáis bien y deseando dar un paseo por la Sierra. No tardar mucho ¡jeje! Un abrazo.
EliminarPRECIOSO.
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