"Velocidad y montaña son antagónicos: ni se trata de llegar sin oxígeno a no sé cuantos mil metros, ni a la pata coja, ni de subir en menos segundos que otro. Se trata de ir a tu ritmo sin complejos, gozar del espacio abierto, el cielo, la luz... Comerte el bocata y la naranja, que allí arriba saben diferente."Monterapia, del montañero vasco Juanjo Garbizu.
No estaba
entre nuestras previsiones subir, una vez más, a nuestra emblemática
máxima cumbre provincial gaditana: el Torreón (apelativo mas montañero) o
Pinar (nombre mas topográfico) de la Sierra del Pinar. Pero hete aquí
que apareció el amigo Pepe M., que nunca subió a esta cumbre y le tenía
ganas, invitándonos a subir con un permiso del Parque (preceptivo) para
un día concreto del pasado marzo y para ocho personas. En nuestros años
de andar por la montaña hemos subido un porrón de veces a esta cima
grazalemeña, y por todas sus caras y/o crestas. A destacar cuando
podíamos subir por la cara norte (con el permiso por entonces del
ICONA): tras dejar atrás las cansinas pedreras y gozar de varias
trepadas por encima de los mas altos pinsapos. De la última vez que
subimos a ahora el Torreón es mas bajo (cosa de las nuevas técnicas de
medición). De 1654 metros se ha quedado en 1648, aunque no lo notamos,
es mas, me pareció mas alto y de mas largo ascenso. Serán mis piernas,
que son las mismas pero no responden igual, digo yo.
Partimos desde el área de acceso, en la carretera de El Bosque a Grazalema.
Aunque esta es la cara sur podemos encontrar varios pinsapos en el sendero.
Plántula de pinsapo (Abies pinsapo) con la escama todavía prendida.
Plántula de pinsapo con sus primeras acículas.
Narcissus cuatrecasasii. Endemismo de sierras béticas. Especie amenazada de Andalucía en la categoría de vulnerable.
Ganamos rápido altura (son 3 kms. de sendero y 800 m. de desnivel) y ya vemos tras el valle de Tavizna y la Sierra de la Silla, la Sierra del Aljibe (P. N. Los Alcornocales).
Mi hijo Pablo, que hace su primera ascensión al Torreón.
Sobre un bosquete de aromáticos enebros aparece el Cerro del Albarracín.
Calizas oolíticas muy erosionadas.
Rhamnus myrtifolius, un singular arbusto que vive aferrado a la caliza.
Y el único ejemplar que vimos de orquídea fue esta Neotinea conica.
Cabra montés.
Cada vez mas altos. Aparecen farallones rocosos que el sendero sortea sin dificultad.
Hojas de eléboro fétido o hierba de los ballesteros (Helleborus foetidus). Una planta de montaña que algunos llaman marihuana de los tontos. El parecido es obvio.
Flores de Helleborus foetidus, de un verde claro con los bordes de los pétalos encarnados.
Una pausa con amplias vistas al sur.
La cuesta nos da un respiro en esta dolina cercana a la cumbre.
Una trepada por este "malpaís" de caliza y estaremos en el punto mas alto de la provincia.
En algunos huecos, huyendo de la solana, encontramos lustrosos y floridos ejemplares de Daphne laureola. Planta de bosques de montaña que en nuestra sierra suele acompañar a los pinsapos.
Para ver sus flores hay que acercarse mucho y casi levantar sus hojas.
Por fin estamos en la cumbre del Torreón. La primera foto es para Pablo. Es su "primera".
La segunda es la foto mas repetida y clásica de este paraje. La espectacular vista hacia el pico San Cristóbal (1.554 m.). Creo que la montaña mas bonita de nuestras sierras.
Una
foto de grupo en la cumbre (donde estuvimos mas de una hora
disfrutando). De der. a izq: Marian, Rubén, Pablo, Pili, Pepe, Concha,
Natalia y un servidor. Salvo Marian y el que suscribe para el resto de
componentes era su primera ascensión al Torreón. Seguro que repiten.
Serie de tomas desde la cumbre en casi todas las direcciones. En dirección noroeste, parte de la cresta, la Sierra del Labradillo y Peñón de los Toros.
Hacia el norte, el pico de la Cornicabra y el pueblo de Algodonales sobre la Sierra de Líjar.
Con mas zoom los cortados de Cambroneras (con sus buitreras) y la torre del castillo de Zahara.
Al nordeste el embalse del Zahara, los peñones de El Gastor y el blanco de Olvera. Detrás del todo la Sierra del Tablón (ya en Sevilla).
Con el zoom a tope hacia el este podemos ver Sierra Nevada, gracias a su blanco manto.
Mas cerca, otra vez el San Cristóbal, con los pinsapos sobre estratos verticales de caliza.
Con zoom la cumbre del San Cristóbal, donde existió un morabito en época andalusí, y detrás la ciudad de Ronda (Málaga) y su serranía.
Siguiendo, en el sentido de las agujas del reloj, al sureste destacan las cumbres de la Sierra del Endrinal. De calizas tan blancas que parecen tener restos de nieve.
Al sur el Navazo Alto o Cao, donde queda el Tajo de Verner. Detrás la Sierra de los Pinos, que en el siglo pasado tenía un aislado pinsapar.
Con zoom, y contrastando la imagen, la silueta del Peñón de Gibraltar y detrás las montañas del Rif marroquí.
Y ya mas cerca, asomados al pinsapar, parece que volamos sobre este bellísimo bosque de abetos andaluces.
Frente al pinsapar: La Cañada de los Alazores y la Viña del Moro.
La sombra del Torreón sobre los pinsapos.
Flores de la cumbre. Esta es Draba hispanica (hierba del mayor dolor),
por sus supuestas propiedades analgésicas. Es de floración muy temprana
y efímera, por lo que normalmente la vemos ya en fruto. No suele ser
abundante y no está incluida en ninguna lista de especies amenazadas.
Y esta preciosidad es una violeta africana (Viola demetria).
Para
acabar una foto para inmortalizar esta primera ascensión familiar.
Falta Jaime, que anda fastidiado de la rodilla y en lista de espera
quirúrgica. Espero que la próxima cumbre sea con él.
Como
decía al principio, sin tenerlo previsto y gracias a Pepe y su
invitación, finalmente disfrutamos de un fenomenal día en la montaña.
Con fenomenales vistas a media Andalucía. Y con la satisfacción de haber
subido a esta cumbre, por primera vez con mi hijo Pablo y de nuevo con
Marian unos cuantos (bastantes) años después.
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