"Desde Grazalema se continúa subiendo suavemente hasta lo alto de la sierra que llaman Puertoboyal, y es de los mayores de Andalucía; y surte de nieve a Cádiz y a otros muchos pueblos. Desde la eminencia, que es muy frondosa por los árboles que la coronan, se alcanza a ver entre aquellos riscos el Peñón de Gibraltar sobre mano izquierda, y enfrente las ciudades de Arcos, Xeréz y hasta Cádiz".Antonio Ponz, Viage de España en que se da noticia de las cosas masapreciables y dignas de saberse que hay en ella. (siglo XVIII)
Parece que este año ha empezado como los de antes (ojalá); como cuando el viajero y abate Ponz describía nuestra Sierra citando esos pozos de nieve que se llenaban para luego bajarla, en caballerías y de noche, para refrescar a las clases pudientes de las principales ciudades de la provincia. De momento hemos disfrutado de la primera nevada de 2018 y el inicio del invierno se está portando mejor que el seco otoño que hemos pasado.
Horas antes de las primeras nieves, una parada en el Puero del Boyar nos enseña un cielo limpio y un mar de nubes que poco a poco sube a la Sierra desde la campiña.
Pocas horas después ya nos cubre un cielo plomizo, mientras, los buitres de Monte Coros se afanan en aportar ramas y pasto a sus nidos. Está deseando llover pero un fuerte viento hace que las nubes no se paren sobre la Sierra.
Cerca del Puerto de las Palomas un joven macho de cabra montés apenas se inmuta a nuestro paso. Solo un momento levanta su cabeza de la verde hierba y nos controla con esa pupila siempre horizontal que le caracteriza.
Por la tarde, la fría borrasca ya está entrando de lleno.
Y al día siguiente, antes de amanecer, ya vemos al San Cristóbal con nieve desde Grazalema.
Un desayuno rápido y nos subimos al Endrinal. Desde las cercanías del Puerto de las Presillas un rato de sol nos muestra al pico Monete (o falso San Cristóbal) y al propio San Cristóbal (que parece más bajo, detrás).
Un poco más arriba ya vemos casi toda la crestería de la Sierra del Pinar por su cara sur.
El frío es intenso y en el suelo encontramos esta bonita estrella de hielo (del tamaño de un plato) que no sabemos como se ha formado.
Por las Presillas.
La "percha de lobos" bajo la nieve.
Cuando regresamos del paseo las nubes han vuelto a cubrir las crestas del Pinar.
Mirando hacia la campiña atisbamos a ver la Sierra de Gibalbín.
Bajamos a Grazalema. Los tejados, con nieve, se confunden con las paredes encaladas.
Arrecia la nevada.
Cierran el Puerto del Boyar y decidimos salir por la "carretera del monte", camino de Ronda. Los quejigos están ahora tornando sus hojas a dorado, en su particular otoñada.
Pasamos Montecorto y tenemos una buena vista a la nevada (y cubierta) Sierra del Tablón, máxima cota de la provincia de Sevilla.
Y más cerca la meseta de Ronda la Vieja. Donde se asienta la ciudad romana de Acinipo.
El teatro romano de Acinipo.
Como el tiempo no empeora, y tenemos día por delante, bajamos a Ronda por la carretera de Puerto Saúco.
Por el Puerto del Quejigal siguen en pie carteles como este, que avisa(ban) a los incívicos con multas todavía en pesetas (y con dígitos que todavía asustan: 100.000).
Antes de tomar un café en Ronda subimos al Puerto del Viento, queremos visitar un dolmen. Pero tras pocos kilómetros de carretera volvemos a un paisaje recien nevado.
Estuvimos por aquí en la pasada primavera. Y entonces fotografiamos este viejo mojón de carretera con una ubicación tan peculiar (ver abajo la foto de hace 7 meses).
Cuando creíamos que el dolmen estaría bajo la nieve, nuestro amigo Manuel Limón nos indica que hay que buscarlo más abajo. Y allí está el Dolmen del Puerto del Viento, justo donde apenas ha nevado.
Una única abulaga a tope de floración destaca en este paisaje invernal.
Ronda con las sierras de Montejaque y Benaoján nevadas como telón de fondo.
Atardecer, con aguanieve, desde el Paseo de los Ingleses.
Formación rocosa conocida como "el asa de la caldera".
Para acabar, un lugar con historia donde tomar un café: el Hotel Reina Victoria, de estilo y origen inglés.
El famoso poeta Rainer Maria Rilke se hospedó aquí y escribió: "He buscado por todas partes la ciudad soñada, y al fin la he encontrado
en Ronda. No hay nada más inesperado en el mundo que esta ciudad
salvaje y montañera".
Atardecer desde la terraza. Un lujo gratuito que merece la pena.
Buen reportaje y bonitas fotos
ResponderEliminarPrecioso y con alma . Se nota al amante de la Sierra .
ResponderEliminarDa gusto ver tus reportajes, la verdad envidia muy sana. JMF
ResponderEliminarPRESIOSAS HIMAGENES
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