"Las tierras pertenecen a sus dueños,pero el paisaje es de quien sabe apreciarlo".Upton Sinclair
Camino de Sierra de Baza no nos resistimos a un desvío al norte para conocer el Desierto de Gorafe (que paradoja: desierto al norte). Este paisaje desolado se encuentra en la amplia depresión de Guadix-Baza. Guarda parajes de singularidad geológica y arqueológica, flora y fauna de zonas áridas y algún oasis como el Balneario de Alicún que sorprende entre tanta sequedad. Una ruta perfecta para completar una jornada de viaje cruzando media Andalucía.
Cárcavas cortando un árido altiplano. Nuestra primera imagen al llegar al Desierto de Gorafe. El cerro que aparece en el horizonte es el Jabalcón (1.488 m.).
Hacia el norte baja el río Gor. Al fondo sierras de Cazorla y Castril.
En esta época del año hay pocas plantas verdes en Gorafe. Destacan los alcaparros (Capparis spinosa), que están llenos de estas chinches tan vistosas: Eurydema ventralis, en su coloración típica de verano.
Más Eurydema ventralis en un fruto o alcaparrón.
Por suerte no hace calor (como podría esperarse) pero buscamos un sitio más fresco para comer. El Balneario de Alicún (agua y vegetación) es un sitio perfecto.
Los Baños de
Alicún son un auténtico oasis en el Desierto de Gorafe, conocidos desde época remota por el elevado termalismo
de las aguas.
La zona presenta varios manantiales dentro de un entorno
sumamente desértico. Brotan a una temperatura próxima a 34
ºC y fueron declaradas de utilidad pública en 1870 y
existe un hotel-balneario, piscinas, restaurantes, y demás zonas
recreativas y de esparcimiento.
El lugar tiene otro recurso digno de visita, como la espectacular
y única Acequia del Toril, una antiquísima acequia elevada sobre el
terreno por depósitos travertínicos generados a partir del nacimiento
termal.
Esta conducción de agua provoca que podamos encontrar especies botánicas típicas de zonas húmedas que viven aquí totalmente aisladas. Como estos altos cardos: Cirsium monspessulanum subsp. ferox. Que ahora han cambiado de nombre a Cirsium valdespinulosum.
Sobre una flor de Cirsium monspessulanum subsp. ferox encontramos libando a esta Pieris rapae.
Sobre matas de Dorycnium rectum destacan bichejos como este coleóptero de élitros rojos punteados de negro. Id??
La Acequia
del Toril tiene casi 3 kms de longitud y posee la particularidad de
discurrir sobre un cauce natural que poco a poco, con el paso de los
siglos (se dice que es la acequia más antigua del mundo) se ha
autoconstruido y crecido en altura hasta formar un largo acueducto que
en algunos puntos posee hasta diez metros de altura. Este curso de agua y
todo su entorno está considerado como uno de los espacios de mayor
interés geológico, vegetal y faunítico de la provincia de Granada (info.
de la interesante web Waste magazine online).
Desde la acequia se obtiene una amplia vista de la piscina termal.
Casi a la sombra del muro de la acequia crecen grandes matas de bardana (Arctium minus), especie típica de cursos de agua que vive aquí gracias al rebose de la acequia.
Una de las enormes hojas inferiores de la bardana.
A la izq. el muro de travertino de la acequia (húmedo y con plantas colgantes) y a la dercha el roquedo natural (cárcava).
En este singular oasis se describió en 1995 una nueva especie de limonium: Limonium alicunense, como única población mundial en las paredes y entorno de esta acequia. Aparece en FVAOr pero no en Flora Ibérica porque no se actualiza desde 1993
Arriba hojas basales y aquí las flores de Limonium alicunense sobre el blanco travertino de la acequia.
En algunos puntos del muro se han abierto huecos para pasar de un lado a otro de la acequia.
La acequia corre en dirección este-oeste hasta que gira bruscamente hacia el norte. Sus aguas templadas se van enfriando y bajan regando huertos para acabar en el Guadiana Menor. En la foto otro hueco en la acequia.
Vista desde la cara occidental de la acequia. Abajo el Cortijo Viejo y detrás la Serreta de Leiva.
Linum maritimum.
En los roquedos frente a la acequia lo que nos parecía de lejos un retamar resultó ser una población de Ephedra fragilis subsp. fragilis. Una planta muy primitiva que se conoce como hierba de las coyunturas por su antiguo uso medicinal. Esta planta produce efedrina, usada en catarros y congestión nasal.
Enebros de buen porte también se "agarran" a la pared del acueducto.
Otra planta en flor también querenciosa de humedad: Lysimachia ephemerum. Una planta citada en Cádiz que nunca he visto por aquí.
El enorme muro de travertino de la acequia o acueducto.
Y aquí una acequia secundaria o abandonada.
Salsola vermiculata, una planta típica de marisma y zonas húmedas salobres. Y sobre ella una curiosa chinche que se confunde con la planta: Tarisa flavescens.
Tras varios cientos de metros el agua (por aquí ya baja a unos 20 grados) abandona la acequia y corre ladera abajo.
La acequia seca se va deteriorando por la falta de sedimentos cálcicos.
El agua baja al fondo del valle del Fardes.
Bajamos hasta el Cortijo Viejo. Una magnífica construcción abandonada que se arruina poco a poco.
Ventana de Cortijo Viejo.
Vista de la Acequia del Toril bordeando el Cerro de la Raja.
Cortijo Viejo sobre una orla de hierbas de las coyunturas.
Marian tomando imágenes de uno de los dólmenes más interesantes.
Bajo un bosquete de pinos crece una vigorosa población de Limonium alicunense.
Rhamnus lycioides subsp. lycioides. Un espino considerado raro en Andalucía.
Lo que en su día fue una simple acequia a nivel del suelo hoy
tiene una altura que supera los diez metros
en una longitud aproximada de un kilómetro y gracias a un continuo fenómeno natural de precipitacitación química. Esta formación está valorada
como insólita en el mundo.
Desde una curva de la carretera (sin señalizar) podemos ver la “Discordancia de Gorafe”, una formación de gran singularidad y de gran interés geológico, y que consiste en un pliegue de terreno vertical bajo unos estratos horizontales.
Y este algondocillo que vemos en esta planta (Artemisia sp.) lo produce ella misma, es una agalla (tumor vegetal) que a su vez sirve de protección para la larva de un mosquito que se está desarrollando ahí adentro: Rhopalomyia navasi.
Cardo (sin identificar).
Crisomélidos (Cryptocephalus cf. octopunctatus) procreando.
Centaurea ornata. Muy presente en estas "malas tierras" de Gorafe.
Viviendas en cuevas, conocidas por lo lugareños como covarrones. Típicas y numerosas en la comarca.
Asparagus horridus. Una esparraguera muy común en la vertiente mediterránea y muy raro en nuestra provincia (solo dos citas en FI).
En torno al pueblo de Gorafe hay datados unos 270 dólmenes. lo que convierte a este municipio en el mayor parque megalítico del país. En la foto señal del dolmen nº 239 y flores de Delphinium nanum.
Elegimos la Ruta del Conquín para conocer una buena muestra de ellos.
Para acabar, entre tanta aridez destaca este Antirrhinum hispanicum, que durará poco por un visitante (oruga) que se está comiendo la flor.
La chinche primera era al final Eurydema ventralis
ResponderEliminarGracias Alvaro. Ya está cambiado. Además he leído que es su color (amarillo-anaranjado) característico de verano.
EliminarJose Manuel, no vistes Odonatos en torno a la acequia?
ResponderEliminarPues vimos algún Libellula depressa pero no en la acequia, sino en un estanque del jardín junto a la piscina. En la acequia el agua baja caliente, no se si será un inconveniente.
ResponderEliminartodo muy bonito buenas foto buen trabajo
ResponderEliminarQue recuerdos de aquel sofocante agosto, de hace ya muchos años, que solo lo aliviaba el frescor de la casa-cueva donde nos alojábamos.
ResponderEliminarManuel Lara.
Salut