"Delectando pariterque monendo" Horacio

7 dic 2015

OTOÑO en el HAVARAL


Durante siglos el Valle del Genal (Serranía de Ronda, Málaga) se conoc como El Havaral. La tribu bereber de los Hawara, que se asentó en este valle cultivando sus huertos y aprovechando el fruto de sus árboles, le "cedió" su nombre. El castaño, que llegó a estos montes en época romana, era el "sah ballut", “el rey de las bellotas”, en referencia a que su fruto, la castaña, es mas grande y dulce que la bellota de los Quercus. Siglos después, en este valle se construiría la primera fabrica de hojalata de España, que por necesitar mucho carbón casi arrasó el bello bosque mixto de "morales, castaños, nogales y otros árboles de esta suerte" que cubría sus laderas. Incluso los robles rebollos de las cotas mas altas llegaron a desaparecer. Por esta razón son pocos los árboles centenarios que allí quedan. Con la ruina de la fábrica los habitantes del valle vieron en la replantación y cultivo del castaño una oportunidad de producir un producto que no necesita mucho cuidado y que allí siempre se dio bien.

Visitar El Havaral o Valle del Genal en otoño es una excursión clásica para nosotros desde hace años.

En esta ocasión hemos ido interpretando este bello paisaje de la mano del Doctor José Gómez Zotano, profesor de Geografía de la Univ. de Granada y experto conocedor de las sierras malagueñas.

Su trabajo EL CASTAÑAR DE PUJERRA Caracterización geohistórica de un paisaje agroforestal singular, publicado en Takurunna n.º 1, año 2011, pp. 47-82 es una perfecta guía para entender la historia y la formación de este rincón de la Serranía.



"De todos los castañares malagueños, el perteneciente al municipio de Pujerra es el que alcanza una mayor extensión superficial, con más de 800 ha, constituyendo la mancha más pura y quizás antigua de toda la serranía rondeña. Este cultivo tradicional, desarrollado en la falda septentrional de Sierra Bermeja, en pleno Havaral, mantiene, además, una situación progresiva sin parangón en Andalucía." (J. Gómez Zotano)

Llegamos en un momento peculiar que solo se da unos pocos días al año en el castañar: la quema de ramas secas y la hojarasca.
 

 El humo le da al bosque un aire de misterio difícil de transmitir.


El pujerreño que está quemando y controlando el fuego nos dice que este año no ha venido bueno para la castaña y se ha quedado mucho fruto sin recoger. De hecho el suelo está lleno de erizos a medio abrir y llenos de castañas.


Cuando la leve lengua de fuego ha pasado podemos ver como las hojas casi se han pulverizado y solo quedan las "castañas asadas" por el suelo del bosque. O mejor dicho "castañas achicharradas".








Subimos por el monte y vemos colarse el sol con mas ganas. Aquí el viento ya ha "pelado" los castaños y puede decirse que el otoño ya casi ha pasado.


Un tocón casi cubierto de hojas secas nos invita a parar y a disfrutar del lugar.

Puede que..., asustado por el humo que hay mas abajo, este tetigónido aparece y desaparece entre las hojas, como buscando un lugar seguro que solo podrá encontrar si se refugia en uno de los gruesos troncos de castaño.

Aunque este otoño ha llovido poco el frescor de la umbría permite que veamos algunas setas en nuestro paseo. Las de la foto nos parecen russulas o alguna especie parecida.

Una amanita, dudamos entre pantherina o faloides. Un experto que nos ayude...

Desde un buen mirador vemos, en la loma de enfrente, como un solitario pino destaca en el tono monocromo que comparten los castaños deshojados y el suelo rojizo de esquisto y hojarasca.

"...el arado del suelo es una de las peculiaridades de este paisaje respecto a otros castañares andaluces. Esta práctica, común al resto de castañares del Valle del Genal, deja entrever la tierra parda que sustenta la gran arboleda. Esta labor se realiza en períodos que van de uno a tres años y con ello se deshierba el castañar para eliminar la competencia de las adventicias y disminuir el riesgo de incendios. Además, se reincorpora al sistema la hojarasca, erizos y ramaje de los castaños. Sin embargo, a pesar de actuar como beneficioso abono natural y de que Castanea sativa es una especie de montaña adaptada a las fuertes pendientes, las tradicionales tareas de laboreo provocan una erosión muy intensa y una consecuente e importante pérdida de suelo; las pendientes, que pueden alcanzar aquí el 40% de desnivel, suponen un problema para el mantenimiento de estos cultivos, lo que, unido a la característica torrencialidad de las precipitaciones en el clima mediterráneo, propician la erosión de gran cantidad de tierra fértil, que se ve arrastrada aguas abajo cada temporada." (J. Gómez Zotano)

 
Aunque las castañas que encontramos son orondas y parecen estar sanas, la mayoría no son aptas para vegetarianos. Orugas de Cydia splendana (p.c.), considerada una plaga para la castaña, ocupan la mayoría de los frutos.

Esta especie de raíz que parece salir de la tierra es un hongo afiloforal. Por su raro aspecto podría ser Clavaria acuta.

Nos dicen que por debajo del pueblo el castañar todavía está en plena otoñada. Al otro lado del valle vemos el pueblo de Cartajima coronando otro magnífico castañar.

 Antes de abandonar esta zona nos acercamos al Castaño de María Mateos. Un ejemplar que podría tener 500 años y que lleva el nombre de la "abuela del Genal". María Mateos fue una de las personas mas longevas de este valle. Murió a los 109 años (en 2004) y vivió en tres siglos.


Parece que hemos dado marcha atrás en unos días al calendario cuando encontramos este bosque con la imagen típica otoñal que normalmente buscamos.


Incluso encontramos otros signos de vida en este bosque.
 
Una Mantis religiosa que curiosamente no se ha adaptado al color dorado del bosque en esta estación del año.


En este rincón encontramos, además de castaños, algunos alcornoques y pinos. Leves "señales" del bosque original (Quercus) y de plantaciones modernas (Pinus).

"Las nuevas plantaciones forestales se realizan aprovechando terrenos baldíos procedentes de la tala de alcornoques, quejigos y robles melojos realizada para el abastecimiento de la Real Fábrica de Hoja de Lata de San Miguel." (J. Gómez Zotano)

Esta curiosa formación que vemos sobre la pinocha no es un hongo, ni es animal, ni es planta. Pertenece a un reino que los biólogos llaman Protista. Este reino agrupa a organismos eucariontes entre los que se encuentran algunas algas, protozoos y mohos mucosos. Este de la foto es uno de estos últimos. Los ingleses, que tienen nombre común para casi todo, le llaman "dog vomit", también "fish-egg slime". El parecido es evidente. Se trata de un mixomiceto y tras buscar en varias guías creo que puede ser Mucilago crustacea.
 
Y esta pequeña setilla que cuesta ver es Marasmius epiphyllus. Suele aparecer sobre la hojarasca de castaño (Castanea sativa), encina (Quercus rotundifolia) y alcornoque (Q. suber). Y crece directamente de los nervios y peciolos de las hojas. Gracias a Alberto Martínez por la id.

A un lado del camino nos llama la atención la única flor que veremos en toda la jornada. Nos acercamos para la foto de esta Scabiosa y vemos una garrapata. Estaba lista para agarrarse al primer cuadrúpedo (o bípedo) de sangre caliente que pasase por allí. Se trata de una hembra de la especie Dermacentor marginatus. He leído que en Europa meridional suele estar activa incluso en otoño-invierno. Esta especie, conocida como garrapata de las ovejas, es portadora del virus Rickettsia slovaca así que mejor no acercarse.

Mientras arriba los castaños aparecen casi sin hojas aquí podemos ver árboles y ramas repletas y con todos los colores posibles entre el verde y el ocre.


Preciosa vistas del Valle del Genal desde Pujerra.
 

Sobre el valle destaca el macizo gris del Torcal de los Riscos.


Seguimos nuestro paseo. Parando en cada abertura que el bosque nos ofrece para disparar nuestras cámaras.





"En 1749 la Marina contabilizó 4000 castaños en Pujerra. En 1897 el Avance Catastral consideraba una densidad de 80 árboles por hectárea en el castañar, resultando un total de 12.581ejemplares. Finalmente, en 2004 se ha utilizado la densidad media estimada por la Oficina Comarcal Agraria de Ronda (50 árboles/ha) para contabilizar los castañares posteriores a 1897, obteniendo un número de 32.910 árboles que se suman a los 12.581 anteriores, lo que supone una cifra aproximada de 45.491 árboles". (J. Gómez Zotano)


"La fenología del paisaje resulta espectacular: durante el verano, el verde claro de los erizos que protegen las castañas otorga un aspecto alegre y vivaz al agostado paisaje mediterráneo que lo circunda. La luz reflejada en las copas contrasta enérgicamente con las frescas sombras del interior del bosque. Agricultores y visitantes esperan el paso del estío para recoger el fruto y disfrutar de la idílica imagen que proporciona el otoño; cuando éste llega, la tierra reseca se alivia con las primeras tormentas, las hojas desprovistas de clorofila se vuelven amarillentas y caen, paulatinamente, formando una alfombra natural que tapiza las laderas desnudas mientras musgos humedecidos y setas hacen su reaparición anual. El fruto, bien abrigado, se desliza hasta las vaguadas y rellena las cunetas de los caminos. Es entonces cuando está más animado el castañar, al que acuden prácticamente todos los vecinos del pueblo para participar activamente en la tradicional cosecha de las pilongas. Una vez recogido el fruto, el castañar recupera su tranquilidad. Se acerca el invierno y la estampa otoñal se completa con apacibles rebaños de ovejas que aguardan al arrimo de los árboles los primeros fríos. En el invierno todo cambia y el paisaje se torna misterioso y húmedo. Las ramas desnudas y el suelo velado por la hojarasca en descomposición son envueltos por la niebla o la nieve, dando paso a una triste y cenicienta paleta de colores que alcanza su máxima pureza en un blanco efímero; árboles de hoja caduca y nieve, espectáculo raro en estas latitudes pero frecuente en Pujerra. Con la entrada de la primavera los desdibujados límites del bosque se redefinen, vuelve a empezar el ciclo fenológico del paisaje y se produce un estallido de fresco verdor en el castañar. Se acerca el calor y la fronda se torna amarilla por la multitud de espigas floridas". (J. Gómez Zotano)

"Con independencia de los matices estacionales y de ciertas intervenciones no del todo consensuadas (caso de la línea de alta tensión que atraviesa el castañar en sentido norte-sur), el conjunto constituye uno de esos enclaves singulares que dotan a la Serranía de Ronda de una gran riqueza de paisajes ecoculturales dignos de ser conservados y visitados. El castañar resulta propicio para disfrutar de tranquilos paseos y son cuantiosos los posibles itinerarios que pueden trazarse a la sombra de estos árboles". (J. Gómez Zotano)

Para leer el artículo completo de Gómez Zotano hacer clic en el siguiente enlace:

2 comentarios:

  1. Gracias por enseñarme el otoño, este año no he tenido salida otoñal.
    Salud

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    1. Pues lo tenéis mas "a mano" que nosotros. En los bosques naturales de Andalucía el otoño apenas se nota.

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