En la última semana santa un grupo de amigos nos decidimos por pasar unos días en vecinas y cercanas tierras extremeñas. Llerena, ciudad con historia y de interés artístico, fue nuestro "campo base" para realizar paseos y excursiones por la campiña sur extremeña, de antiguo conocida como "Coto de Jubrecelada", y la vertiente norte de esta zona de Sierra Morena. En esta entrada al blog queremos mostrar los rincones históricos de la ciudad, el teatro romano de Regina Turdulorum, la Alcazaba de Reina y el singular Arroyo de la Llave, que excava un pequeño cañón en plena llanura cerealista. Antes de entrar en Extremadura pararemos para conocer el castillo de Santa Olalla del Cala, que siempre nos queda pendiente cuando hacemos alguna ruta hacia el norte por la vía de la plata. Para la próxima entrada hemos dejado los parajes de la Sierra Morena extremeña que visitamos desde Llerena.
Junto al castillo de Santa Olalla se encuentra la Iglesia de la Asunción. Está cerrada pero nos llama la atención su puerta de la Epístola con un arco de herradura apuntado, de roca granítica.
El castillo de Santa Olalla se llama castillo de Santa Marta. Y es que una santa da nombre al pueblo y otra al castillo.
El recinto es de forma casi rectangular, muy alargado y
dispuesto de norte a sur siguiendo la orografía del cerro donde se asienta. Su muralla tiene almenas encapuchadas y diez torres; cuatro semicirculares
y seis rectangulares.
Se puede recorrer toda su muralla, desde la que se tiene buenas vistas al pueblo, con Sierra Morena extremeña al fondo.
En su día fue utillizado como cementerio, por lo que todavía se pueden ver restos de nichos en algún tramo de muro.
El interior del castillo está diáfano y necesita de excavación arqueológica (hay algunas catas).
En este principio de primavera vemos dentro del patio del castillo muchas flores de altramuz azul (Lupinus angustifolius).
"Llerena, lugar nobilísimo, cabeza de la provincia de León en Extremadura, situada en las raíces de Sierra Morena, feliz de sitio, fértil de suelo, sano de cielo, soberbia de casas, agradable de calles, abundante de hermosas, llena de caballeros y letrados, y de tan raros ingenios, que apenas necio podría hallarse uno.../ ... la mejor residencia que tuvo caballero".Luis Zapata de ChavesLibro de CetreríaSiglo XVI
Y llegamos a Llerena. Su casco antiguo, practicamente todo intramuros, está declarado Conjunto de Interés Histórico Artístico. Su Plaza Mayor es el eje de esta pequeña ciudad extremeña de gran influencia andaluza. En la imagen el mas llamativo de sus monumentos la Iglesia de Nª Sª de la Granada.
Su torre es hábitat de una protegida colonia de cernícalos primilla que conviven con varios nidos de cigüeña.
Panorámica (desde la iglesia) de la Plaza Mayor, de estilo barroco. Tan amplia que en ella convergen hasta siete calles. Destaca el edificio del ayuntamiento y varias arcadas y soportales. Fue coso taurino, mercado, sede de festejos y sede de actos de la Inquisición y en ella estuvo la cárcel y la residencia del genial pintor Francisco de Zurbarán.
Otra imagen de la Plaza aprovechando la límpida luna trasera de un coche.
En un hostal y café de la plaza se da testimonio de que allí vivió Zurbarán y que allí pintó algunas de sus obras magistrales.
Uno de los acceso o salidas de la Plaza: el Arco de la Corredera, que da paso a la calle del mismo nombre.
Típica calle llerenense donde se alternan casa encaladas y fachadas de ladrillo de típica construcción mudéjar. Otro de los estilos arquitectónicos que destacan en Llerena, como ahora veremos.
Muy cerca de la Plaza queda la Hospedería de Llerena, en la casa palacio de Doña Mariana. Un edificio novecentista muy agradable y bien cuidado.
Palacio de los Zapata, con su entrada con doble arcada de estilo plateresco. Su mas conocido morador fue Luis de Zapata de Chaves (Llerena, 1526 - Valladolid, 1595), cortesano y Señor de las Alpujarras, traductor de Horacio y autor de una Miscelánea y un Libro de Cetrería, fue caballero de la Orden de Santiago de la que fue expulsado y encarcelado en el castillo de Segura de la Sierra (Jaén), por orden de Felipe II, acusado de moroso y por llevar una vida cargada de excesos. De su libro cetrero (1583) es una de las antiguas citas (además en verso) sobre el ibis eremita en la península (llamado cuervo calvo en esa época):
“Fue este un dia excellente, vna hora buena
matar junto a Llerena
en pocos ratos
dos garças, siete patos,
tres milanos y cinco alcaravanes,
vna grua y dos galanes
cuervos calvos
los que salvos
a Dios ruego que sean,
pues ya a su fuego
subido se han”.
Fue Luis de Zapata un noble preocupado por su figura debido a su tendencia a la obesidad, por lo que se propuso mantener una dieta que le hizo, según su propio testimonio vivir muchos años: "Yo temí la gordura tanto en mi juventud, viendo los inconvenientes
dichos, que hice al reparo remedios grandísimos. No cené en más de diez
años, sino comía al día una sola vez; nunca bebí antes ni después vino,
con el que se engorda mucho; no comí en grandísimo tiempo cocido; anduve
algún tiempo vendado el cuerpo, dormí algunas noches con grebas para
enflaquecer las piernas; vestía y calzaba tan justo que era menester
descoser a la noche las calzas para quitármelas (porque a la noche a
todo hombre se le engrüesan las piernas) y cuando había sarao y danzas
con las damas a la noche en Palacio, porque la cama enflaquece las
piernas, me acaeció muchas veces estarme en la cama
todo el día, con lo que al fin salí, gracias a Dios, con mi intento, ni
yo llegara hoy a sesenta y seis años con salud, si la templanza no
fuera en mí ayuda y remedio".
Fachadas con el elemento más genuino y emblemático del arte mudéjar: la ventana geminada, o de doble arco sobre columna apoyada en el antepecho.
En los últimos años se están recuperando fachadas de estilo mudéjar (siglos XIV a XVII) que habían sido tapadas por capas de cal.
Detalle de ornamentación recuperada que bien pudo hacer algún alarife mudéjar. En la otra foto la mas curiosa aldaba que he visto en mi vida. De hierro macizo y bien detallada: con sus dedos del pie y hasta los huesos del tobillo (estos se ven mejor de frente).
Por Llerena pasa el tren (línea Sevilla-Zafra) como hace muchos años. Sin energía eléctrica (sin catenarias) y con las traviesas todavía de madera.
A pocos kilómetros al este de Llerena está la ciudad romana de Regina Turdulorum (siglo I). No hay mucho excavado de la ciudad pero si de uno de sus edificios mas sobresalientes
Sobresaliente por su factura y porque destaca en la llana campiña llerenense.
Hablamos del teatro romano de Regina.
Durante años los habitantes y agricultores de la zona conocían la existencia de estos muros, que llamaban "los paredones".
Y desde 1978 se vienen haciendo trabajos de restauración hasta llegar a su estado actual, en que cada verano se celebra incluso un festival de teatro clásico.
Muy cerca encontramos esta mariposa nocturna que no suele ser habitual al sur del sur: Hadena sancta.
Poscaenium del teatro romano de Regina, con el Cerro de las Nieves detrás. En su cima la Alcazaba de Reina. Nuestro próximo destino.
La Alcazaba de Reina, sobre una de las primeras elevaciones de la Sierra Morena pacense. Aunque no la parezca está a 800 m. de altitud.
La alcazaba, bastante maltrecha por el paso de los tiempos, data del siglo XII; construcción almohade, de tapial, con algunas adiciones posteriores de época cristiana.
Si nos asomamos al norte veremos una amplia vista de la campiña de Jubrecelada o de Llerena. Y abajo, lo mas cerca, la ciudad romana de Regina. De hecho los romanos trasladaron la antigua ciudad fortificada, del siglo II a.n.e., que ocupaba el cerro. La "pax romana" permitió bajar las ciudades íberas a los llanos, mas cerca de las zonas agrícolas y del agua.
Hemos subido al atardecer y la luz cae. En el horizonte norte la única elevación de importancia es la Sierra de Hornachos, que limita la campiña con la Tierra de Barros.
El único edificio en pie dentro de la alcazaba es la Ermita de las Nieves.
Aunque data del s. XV contiene restos de época visigoda. En su atrio destaca una columna torsa muy llamativa y unas curiosas pinturas murales.
Las pinturas representan un barco navegando por campos de trigo (espigas). Han aparecido en una reciente restauración y no están bien documentadas. Pero llaman la atención en estos parajes tan lejanos del mar.
Por la parte oriental del cerro se desparrama el pequeño pueblo de Reina. Poco después la falta de luz no nos deja hacer mas fotos.
Bajamos al llano para buscar el pequeño cañón del Púlpito del Diablo, uno de los parajes mas singulares de la campiña de Llerena. Una campiña con leves ondulaciones y donde solo destacan algunos parajes con encinar adehesado.
Lo forma el Arroyo de la Llave, que corre por la campiña en dirección norte, pasando sus aguas al río Retín, luego al Matachel y acabando en el Guadiana.
El Arroyo de la Llave corta la campiña con una zigzagueante cicatriz, llegando sus aguas a la base rocosa del subsuelo.
En este hábitat rocoso, rodeado de campos de labor, encontramos especies botánicas típicas de zonas de monte.
En ocasiones la grieta se ensancha. Tras un recodo vemos como un rebaño de ovejas aprovecha para pastar y bajar al agua.
El rebaño a un lado y nosotros a otro disfrutando de los movimientos de las ovejas bien dirigidas por los perros pastores.
Un poco mas de sendero y llegamos al punto mas vistoso de La Llave, donde cae en varias chorreras escalonadas. Bajamos con cuidado y encontramos rastros de nutria y cangrejo de río.
Estas pequeñas cascadas en medio de la campiña se conocen por los lugareños como el Púlpito del Diablo. El rebaño nos sigue por la escarpada ribera de enfrente.
Bella estampa (tirando de zoom) del mas joven de los pastores y uno de sus perros cuidando que las ovejas no se salgan del cortado y se metan en el sembrado.
De vuelta por el mismo lado. Queríamos volver por la otra orilla pero costaba cruzar el arroyo y además podíamos asustar al rebaño.
En la linde del roquedal con el campo de labor encontramos algunas bellezas botánicas como esta orquídea Ophrys tenthredinifera y la Linaria amethystea.
La flor mas abundante en el momento de nuestra visita era este Hedysarum boveanum, una zulla silvestre que es muy escasa en nuestra provincia.
De la campiña abierta y cerealista nos vamos a una zona adehesada y protegida por Adenex (Asociación para la Defensa de la Naturaleza y los Recursos de Extremadura). La Reserva Biológica de Las Tiesas. Un paraje ideal para los aficionados a la ornitología.
Un gran edificio nos llama la atención. Preguntamos a un agricultor y nos dice que es un antiguo palomar que lleva ahí toda la vida. Se trata de una construcción de adobe encalado (que se está cayendo a grandes trozos) con tejado y un castillete alto central para entrada y salida de los palomos. Aunque abandonado todavía está lleno de palomas bravías y sirve de refugio a alguna lechuza que se asusta al vernos.
Las Tiesas queda cerca de Valencia de las Torres, pueblo donde paramos para avituallarnos y que nos depara otra sorpresa sobre el ilustre llerenense Luis Zapata. Resulta que en esta "casa-fuerte" siguió el presidio, tras su paso por Segura de la Sierra, tras suavizarse su régimen carcelario por su condición de noble. Sobre Zapata escribe el historiador y biólogo profesor Maldonado Fernández: "aprendió a ser hombre de armas y de
letras, galante, soñador y temerario, presuntuoso en demasía y un
tanto aventurero, que de todo ello dejó numerosos testimonios; incluso, hay quien
opina que brilló en exceso y que este protagonismo pudo suscitar recelos
y envidias entre sus condiscípulos, quienes más adelante le pasarían
factura con la anuencia de Felipe II".
En Valencia de las Torres nos cruzamos con este "primark" ambulante. Además del panadero, el frutero y el pescadero hay señores que se ganan la vida vendiendo ropa de puerta en puerta.
En un río de la campiña encontramos estas náyades de río. Son conchas de Unio delphinus, endemismo ibérico. Bellezas nacaradas de gran tamaño donde menos te las esperas.
Otras bellezas que vimos por la campiña. En esta foto una viborera con una mariposa de la familia Lycaenidae.
Anchusa undulata, una especie que no conocíamos.
Y para terminar otra novedad botánica en nuestra colección: Platycapnos spicata que no hemos visto en la provincia de Cádiz, pero si que está.
Muy interesante y muy buenas fotos, como siempre. No sabia de ese teatro... así que otra cosa mas para la agenda. Nos vemos... ya hablamos. Saludos.
ResponderEliminarGracias Salvador. Seguimos con algo pendiente. Si, lo hablamos.
EliminarMucho monumento excepcional, conforme iba leyendo echaba de menos las fotos de plantas e insectos, pero no, hay estaban tan magnificas como siempre.
ResponderEliminarSalud
Es que la afición tira mucho Manolo. Gracias amigo.
EliminarUn lugar precioso, lleno de historias digno de visitar, preciosas fotografias. Saludos
ResponderEliminarSi Carlos. Además, en primavera Extremadura tiene un plus. Un saludo.
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