"Delectando pariterque monendo" Horacio

27 sept 2018

Mariposas del Pinsapar


 "Las criaturas con cerebros más pequeños que los nuestros piensan más rápido que nosotros. Criaturas muy pequeñas como los insectos pueden pensar decenas de miles de veces más rápido que nosotros. Esto significa que su experiencia del paso del tiempo es mucho más lenta que la nuestra". 
Chris Jordan (San Francisco, 1963) fotógrafo.

Ya lo hemos dicho en otras ocasiones. En el sur el verano no es la mejor época para subir al monte. En Andalucía, salvo que te subas por encima de los 2.000 metros, los rigores de la canícula hacen de nuestras sierras lugares calurosos y muy secos. Solo la alta montaña (Sierra Nevada y poco más) y la opción del descenso de cañones es recomendable en esta época. ¡¡Y eso que este verano ha sido de los más pasaderos de los últimos años!! En la Sierra de Grazalema, en el Pinsapar -su joya paisajística y botánica- se suspenden las visitas y permisos habituales -por seguridad, es obvio-; pero este verano ha estado por allí un reducido grupo de personas que, aguantando estoicamente calor y sudor, han proseguido con sus trabajos científicos. Y todo por amor a sus queridas y bellas mariposas.


Hemos tenido la suerte de acompañar a estos amigos en uno de sus muestreos en el Pinsapar de Grazalema. Tras salir de madrugada de casa (un sábado de agosto), todavía está amaneciendo cuando subimos por la pista de Benamahoma al Puerto del Pinar. Días antes se ha comunicado oportunamente a la oficina del Parque Natural cuantos y quiénes formamos el grupo (todos miembros de la Sociedad Gaditana de Historia Natural), para conocimiento de la guardería.

Se trata de un proyecto de la SGHN con varios objetivos: estudio y revisión del número de especies presentes, su distribución temporal (el proyecto dura varios meses), sus caracterísiticas biológicas y las posibles variaciones al comparar los resultados con un estudio idéntico que se realizó hace 20 años.

 Preparando el material y... al sendero. A estas horas todavía la temperatura es agradable.

Las primeras horas del día son tan importantes para chequear mariposas como las del mediodía con plena luz y sol. Con el leve frescor de la mañana las mariposas todavía están "despertando" y se mantienen quietas en sus posaderos nocturnos. Ideal para contabilizarlas mejor y hacerles fotos.

Hasta nos podemos acercar sin el zoom. Esta es una medioluto ibérica (Melanargia lachesis).

 Uno de los transectos (definición: trayecto a lo largo del cual se realizan observaciones o se toman muestras para un proyecto científico) va por la base del pico San Cristóbal. Y allí nos dirigimos.

 Ya andamos por debajo del San Cristóbal (1.555 m.) camino del punto de muestreo.

 Aprovechamos para fotografiar todo lo que nos gusta de por allí. Como este aromático orégano.

 Sympecma fusca. Una libélula difícil de observar por su coloración similar a la vegetación donde se posa. Además una de sus características distintivas es la de plegar sus alas junto a su largo abdomen.

 Un insecto palo (Leptynia attenuata) que se movió y pudimos detectar.

El gps es una herramienta fundamental para llegar al punto exacto.

Con todo, una estaca de madera pintada de un color llamativo nos dice que hemos llegado. Se toman datos de hora, temperatura y humedad.

Y ahora toca contabilizar y anotar todas las especies avistadas en torno a ese punto durante un tiempo determinado.

La flora más pequeña está casi toda seca, o secándose y soltando semillas como la de la foto. En el tallo observamos la muda de un pequeño insecto. 

Y justo en una planta verde al lado encontramos al propietario de esa muda. Se trata de un hemíptero de la familia Issidae. Llama la atención esa cola-plumero azul que no se sabe bien para que sirve. Cuando se hace adulto la pierde.

Mosca amarilla del estiércol: Scathophaga stercoraria.

Otra mosca, esta de las que imitan a las avispas: Eupeodes sp.

Sympetrum meridionale. Una libélula capaz de desplazarse muchos kilómetro de su área de cría. Suele estivar en zonas frescas y por eso habrá subido aquí arriba.

Coenonympha pamphilus. En algunos sitios se le conoce como "níspola", puede que por el color de sus alas que recuerda al fruto del níspero.

En los troncos de un grupo de pinsapos, a los que hemos llegado sin ninguna vereda, encontramos chapas numeradas de algún estudio que se hizo ya hace algunos años.


También hace muchos años vivió gente en el Pinsapar. Pasamos por los restos de una choza.

Ninfa de Calliptamus sp. con ácaros rojos parasitando sobre su cabeza.

Otra Sympecma fusca, esta posada sobre una ramita de pinsapo.

Cópula de Chorthippus binotatus. El macho siempre es el de menor tamaño, algo habitual en los saltamontes. Me comenta Íñigo Sánchez que esta especie no está citada en Cádiz. Es un saltamontes de zonas de montaña cuanto más al sur y más común en el norte peninsular, donde le llaman "saltamontes del tojo". El tojo es un espino y sobre uno lo vimos nosotros.

Agalla de Andricus grossulariae en una ramita de encina. En la hoja se puede ver un huevo de crisopa (la esferita blanca sobre un pedicelo).

Empieza a subir el sol sobre el Pinsapar -y a calentar- y la actividad de las mariposas sube. Esta Coenonympha pamphilus gusta de volar siempre a baja altura.

Coenonympha dorus, del mismo género que la anterior pero con las alas más "adornadas".

Aunque aprieta el calor hay que decir que aqui arriba la temperatura es soportable (no llega a los 40º que calientan más abajo). Si además se camina bajo el amplio manto vegetal de quejigos y pinsapos la diferencia es más que apreciable. En la foto la cara norte de la Sierra del Pinar con el pico Torreón (o Pinar), máxima altura provincial: 1.654 m.

Pinsapo maltratado como rascadero de cabras y ciervos, los grandes herbívoros que se dan aquí arriba.

 Para muestra esta cabeza de ciervo (Cervus elaphus) que vimos por allí.

 
O esta de cabra montés (Capra pyrenaica).

No solo los grandes herbívoros producen daños. La oruga de la polilla Dioryctria aulloi es un insecto que perfora las yemas de los brotes de pinsapo y que provoca la desecación de esa zona de crecimiento. Como reacción, el pinsapo favorece el crecimiento de un brote secundario (de verde más claro en la foto). Estos ataques condicionan el porte futuro del árbol. Incluso los conocidos como "pinsapos candelabros" pueden tener su origen en los ataques de estas pequeñas polillas. 

El zoom es indispensable para fotografiar las mariposas que no bajan de las ramas.

Otra Coenonympha dorus. Los ocelos en las alas tienen la función de asustar (cuando son solitarios y grandes) o despistar (cuando son pequeños y muchos) a posibles depredadores.

Flores secas de Xeranthemum inapertum. Casi tan bellas como cuando están frescas.

El pico San Cristóbal, personalmente creo que la montaña más bella de la Sierra. Y la más conocida, pues históricamente se creía que era la más alta.

Sobre el lecho casi seco (quedan algunos charcos) de un arroyo crecen vigorosas y floridas plantas que gustan de la humedad: la adelfa (Nerium oleander) y Bupleurum fruticosum.

Otra Coenonympha dorus.

Araña cangrejo (Thomisus onustus).

En zonas abiertas o prados como este se pueden encontrar otras especies con querencia de zonas abiertas.
 
Como esta Sloperia proto, que gusta de posarse y libar sobre cardos.

La araña cangrejo (Thomisus onustus) adapta su coloración a la planta donde se hospeda. Estrategia de caza.


Una de las especies más bellas de la Sierra es Euphydryas aurinia. Ya en agosto no vuela al ser una especie primaveral. Lo que si es posible ver ahora son sus nidos colectivos de orugas preparados ya para pasar el invierno. Se alimenta exclusivamente de madreselva por lo que es interesante mantener esta planta en los desbroces.

Cópula de Sloperia proto sobre un senecio.

Hipparchia fidia. Un ninfálido que gusta posarse sobre rocas. Cuando pliega totalmente su ala con ocelo se mimetiza con la caliza y cuesta verla.

Hipparchia statilinus. Del mismo género de la anterior y por tanto muy parecida y confundible. Para diferenciarla hay que fijase en la línea oscura y larga del centro del ala: H. fidia recuerda el perfil de una montaña acabada en pico, mientras H. statilinus más parece una meseta. 

Euchorthippus chopardi. Un saltamontes endémico de la península y sur de Francia.

Crestería de la Sierra del Pinar desde el pico San Cristóbal hasta el Torreón.

Staehelina dubia. La fotogénica "hierba de los pinceles".

Hembra de Empusa pennata.

Argiope lobata. Araña de gran tamaño y que hemos visto tanto en la Sierra como en la costa.

Un espino todavía en flor: Picnomon acarna. Picnomon proviene del griego pyknós-ón­= denso, tupido, por la cantidad de espinas que tiene.

Odontomyia flavissima. Una mosca que no habíamos fotografiado antes. Es muy llamativa por su abdomen rojo y sus ojos verdes con irisaciones.

 
Y otro ejemplar de la misma mosca capturada por una araña de tela de embudo: Agelena labyrinthica.

Trichodes leucopsideus. Bonitos coleópteros en plena faena de reproducción.

Lycaena phlaeas. Otra bella especie a la que no pudimos captar mejor.

Es tiempo de que las endrinas (las bayas de Prunus spinosa) estén madurando con ese color azul intenso. Curiosamente este año hay pocas endrinas, puede que las fuertes lluvias y granizos de la pasada primavera dejaran los arbustos sin flores (pequeñas y delicadas). Las pocas que hay presentan este aspecto. Parecen atacadas por algún insecto que las ha agujereado y por ahí ha salido el jugo de la endrina, llegando a cuajarse.

Capnodis tenebrionis. Buprestido del endrino, un escarabajo cuya larva (conocida como gusano cabezudo) se alimenta de la madera del endrino y otros árboles de su familia.

De las pocas plantas en flor en pleno agosto: Dianthus anticarius, un clavel silvestre.


Y una última especie botánica que también florece (julio-agosto) cuando los prados están pardos y secos: Cephalaria leucantha, o escabiosa blanca


Y no podemos olvidar, cuando se sale en verano al monte (y al campo), al animal más peligroso con el que nos podemos encontrar: la garrapata. Un ácaro que... si nos pica, puede traernos complicaciones desde leves a muy graves para la salud. Así que hay que revisarse la ropa y la piel cada vez que se vuelve a casa.

Melanargia lachesis. La última mariposa que se anota en los cuadernos de campo y grabadoras digitales del equipo de "lepideptórologos" de la SGHN. También fue la primera que fotografiamos (ver al inicio de esta entrada).
Agradecer a Luis Bejarano, Juan Delgado y José Manuel Mateo, miembros del equipo que lidera este proyecto su "hospitalidad" y su ayuda para la identificación de las mariposas que vimos a lo largo de la jornada de muestreo.

  


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