Cada año suele haber unos cuantos días que por aquello de la alineación de la Tierra, la Luna y el Sol se producen las mareas altas, vivas y/o sizigias (este último nombre no lo había oído-leído nunca pero aparece hasta en el DRAE). Pues este año las grandes mareas se han dado en febrero (coeficiente 115 sobre el máximo de 118), se repetirán un par de días en marzo y ya no las habrá hasta 2016. Por ello hemos aprovechado para dar un paseo por la costa, y hemos elegido un tramo virgen de playa entre Conil y El Palmar: Castilnovo. Allí todavía no hay ni asfalto ni edificios, solo una torre medieval y un par de búnkeres que ya están integrados en el paisaje. Un paseo que en plena bajamar, y siendo una playa llana, hace que el agua se retire bastantes metros y nos permita buscar los restos de un naufragio del que tenemos fotos históricas. Para luego seguir la ruta entre sus lagunillos y dunas fotografiando flora litoral y viendo volar la nueva "familia" de ibis eremita que allí se ha instalado.
Accedemos a Castilnovo desde la misma población de Conil de la Frontera. Un puente peatonal sobre el río Salado nos pasa de una zona urbana a una playa bien conservada.
Pequeño delta del río Salado, que se desparrama por la arena. Detrás, lagunas mareales, dunas y la torre medieval, siempre de referencia.
Tumbada en la arena encontramos Paronychia sp., de nombre común nevadilla o sanguinaria por sus propiedades en medicina tradicional para afecciones circulatorias.
Y anunciando la primavera encontramos este único ejemplar en flor de jacinto bastardo (Dipcadi serotinus). Puede encontrarse desde el borde del mar hasta 2.000 m.s.n.m.
La blanca Conil. Un pueblo encantador junto al mar pero también con una bella campiña interior.
Todavía es temprano y por eso encontramos esta flor de Romulea clusiana casi cerrada de haber pasado así la noche. Pero así podemos ver mejor su tépalos tricolores.
Búnker medio oculto por las dunas. De fondo los cerros de Patría y aledaños.
Para un día tan escogido hemos tenido suerte. Buena temperatura para pasear y un agradable sol de invierno.
El oleaje es fuerte y resuena en toda la playa, pero mas resonó el paso a baja altura ¿? de este helicóptero.
Y gracias a las indicaciones de nuestro amigo Benito García Morán, miembro de la familia que compró el velero encallado en estas arenas (en los años 20 del siglo XX), encontramos esta vieja madera que bien podría ser de aquel barco.

Se trataba de una goleta de dos palos que fotografió nuestro paisano, el arquitecto jerezano y aficionado a la fotografía Francisco Hernández-Rubio (1859-1950). Desde que "descubrimos" su foto en el libro que Adrián Fatou editara con motivo de la exposición que se le dedicó, hemos querido venir a ver los restos de este naufragio. Nos cuenta Benito "que la goleta se llamaba San Jordi y venía del puerto de
Barcelona hacia el de Cádiz cargado de adoquines; al pasar cerca de la
costa de Conil embarrancó en la barra de arena paralela a
la playa de Castilnovo y terminó varado en la playa; como al parecer era
difícil de reflotar, el propietario decidió vender la carga (los
adoquines terminaron en las calles de Chiclana) y el barco poco a poco
perdió todos sus elementos de valor. El abuelo de mi mujer (que fue
quien compró los adoquines), mandó enterrar el ancla en la arena porque
no había quien la transportara".
La cuaderna del velero con cabo Roche al fondo.
Y del posible resto encallado nos dirigimos a la Torre de Castilnovo.
La extensa playa (gracias a la marea de coeficiente 115) de Castilnovo y Conil al fondo.
El mar parece un baño de plata con estos rayos de sol invernal.
Gaviotas cambiando de posición ante nuestro paso.
Torre de Castilnovo.
En las dunas mas interiores nos sorprende la "explosión" de flores de una misma especie.
Torre de Castilnovo, con mas de 15 m. de altura fue mandada construir por el ducado de Medina Sidonia entre los siglos XIV y XV. Su misión era vigilar la costa y las almadrabas que tanta riqueza aportaron a la casa de Medina Sidonia.
Romulea clusiana es la flor que cubre dunas y prados en torno a la Torre de Castilnovo.
La Torre de Castilnovo es el nuevo lugar de cría del reintroducido Ibis eremita, por lo que procuramos estar poco tiempo allí al lado. Ver este enlace para mas info ver el siguiente enlace de prensa: http://www.eldiario.es/sociedad/Ibis-Eremita-amenazadas-expande-Cadiz_0_358365148.html
Nuestro amigo Pepe Merino, que llevaba el zoom enroscado en su cámara, pudo tomar esta foto de un grupo de moritos comunes (Plegadis falcinellus) que, en principio nos parecieron Ibis eremita. Volaban por la zona interior de Conilete.
La primera flor que vemos este año de Centaurea pullata.
En el prado interior de Castilnovo todavía pueden verse los restos del poblado de Conilete. Este era un poblado de pescadores al servicio del ducado que fue arrasado por un tsunami ( provocado por el famoso terremoto de Lisboa de 1 de noviembre de 1755.
En este dibujo extractado de la revista Zona Arqueológica (Museo Arq. Reg. de Madrid) se puede ver el efecto del maremoto o tsunami en la costa conileña, que con olas de mas de 8 metros arrasaron toda la zona coloreada de azul.
Otra flor algo fuera de temporada. De hecho es una flor otoñal: Mandragora autumnalis. Aunque según Flora Ibérica su periodo habitual es de septiembre a diciembre excepcionalmente puede florecer en febrero, como así ha sido.
Flores de Salvia y Romulea en las arenas de Conilete.
Abeja libando con las patas cargadas de polen.
Romulea clusiana. Según Flora Ibérica su hábitat son herbazales y pastizales ralos, casi siempre en playas y dunas litorales, más raramente en suelos arenosos del interior. Especie del Sur y Oeste de la Península Ibérica (con algunas poblaciones en la meseta sur), y NW de África (Marruecos).
¿Por dónde pasamos? Curiosamente el sendero estaba mas florido que el resto del prado.
Ya casi de vuelta a Conil encontramos estas romúleas mas pequeñas y algo diferentes. Si no erramos se trata de Romulea ramiflora.
Diferencia entre Romulea clusiana y Romulea ramiflora.
Pozo Nuevo o del Prado, junto al Río Salado. Era un pozo de uso público para abrevar al ganado que pastaba por estos prados.
El largo abrevadero del Pozo del Prado.
Para acabar un par de pamorámicas de Castilnovo y Conil.