"Delectando pariterque monendo" Horacio

19 dic 2014

FINAL DE OTOÑO EN LA SIERRA DEL PINAR (GRAZALEMA)


 
El mismo día que quedamos un grupo de amigos para disfrutar de la película "Wildmed, el último bosque mediterráneo" un buen amigo me proponía que le acompañara, al día siguiente, al Pinsapar de Grazalema. Iba dirigiendo una salida de campo con sus alumnos de Grado Superior de Gestión Forestal y del Medio Natural. Recorrer el sendero del Pinsapar es siempre una actividad atrayente para cualquiera que se declare amante de la montaña y de la natura. Y por enésima vez... volvemos a nuestra querida Sierra del Pinar. Magnífico día con buena temperatura para andar, agradable "solecito", grata compañía (muy ávida de conocimiento) y siempre con el gusanillo de encontrar algo novedoso. Como así fué. La sierra siempre nos sorprende, por mucho que la conozcamos.

 
Salimos, con las primeras luces del día, desde el Instituto San Juan de Dios de Medina Sidonia. Un I.E.S. ubicado en un edificio histórico que ha sido hospital, convento, cuartel, casa de vecinos, asilo y... en la actualidad centro de enseñanza.

Tras un buen desayuno andaluz en El Bosque el grupo sube por el pinar de repoblación que nos llevará hasta el Puerto de las Cumbres. Los pinos se están talando para dejar paso a encinas y arbustos típicos de la montaña caliza.

Gotas de agua de la humedad de la noche en las espinas amarillas de Ptilostemon hispanicus, cardo endémico de sierras béticas.

Desde el Puerto de las Cumbres la siempre magnífica vista sobre el pico San Cristóbal con el Torreón detrás.

Miramos atrás para decir adiós a la vertiente noreste del Parque, con Grazalema abajo y la Sierra de Ronda de fondo. En el cielo, una solitaria nube lenticular.
 
La nube lenticular con mas detalle.

Y este es el sitio ideal para la "foto de la expedición". Esta es la foto oficial-seria.

Y esta la foto simpática del grupo. Seguro que circula mas por los foros sociales. 

Empezamos el sendero que pronto cruzará el bosque de pinsapos.

Quejigo en plena otoñada.

Tras tantos días de lluvia no hay piedra ni tronco, en esta zona a la umbría, que no este cubierta por musgos, líquenes, hepáticas, helechos...

Cuando llegamos a los primeros pinsapos vemos abajo las grandes lajas erosionadas de la Cañada de los Alazores, y por encima el llano de la Viña del Moro, con su casa en ruinas y su lagunillo.

Sobre la Sierra de Grazalema debe ir una autopista aérea. El paso de aviones a gran altura es constante. En esta ocasión vimos dos aviones en paralelo sobre las crestas del Pinar.

Dhane laureola (torvisco macho) ya en floración. según F.I. su época va de enero a mayo. 

Entre musgo y semillas de pinsapo vimos esta preciosa "familia" de helechos Asplenium trichomanes.

Y en un tronco de madera muerta de pinsapo resalta este hongo amarillo: Calocera viscosa.

Algunos de los chavales era la primera vez que se adentraban en este bosque. Una experiencia que seguro repetirán.


Tapete de musgo (s.i.).

Viejo y enorme pinsapo que ha llegado al fin de sus días y que ha caído sobre el camino.

Lobaria pulmonaria, un gran líquen muy sensible a las toxinas medioambientales por lo que es buen indicador de salud en el ecosistema donde se encuentra. Se ha utilizado en medicina antigua para afecciones respiratorias, basandose en la "Doctrina de las Signaturas"; esta práctica se fundaba en que las plantas que sostenían cierto parecido con determinada característica humana eran beneficiosas para la parte del cuerpo a la cual se parecían. Su parecido al tejido pulmonar es evidente.

Ootecas de mantis.

En las praderas del Puerto del Pinar, entre quejigos y pinsapos, paramos para dar cuenta de nuestros bocatas.

Tras comer aprovechamos para dar un paseo por este idílico paraje. Y... por fin una vistosa flor de invierno (aunque falten cuatro días para que este llegue). Crocus nevadensis, especie típica de prados de montaña que tiene aquí su población mas occidental.

Suele florecer a partir de enero, incluso en presencia de nieve.

Crocus nevadensis debe su nombre a que se describió por primera vez en Sierra Nevada.

Desde las cercanías de la "casa de guarda" ya todo es bajar por la pista y cortar camino en algunas curvas. A contraluz captamos esta imagen en dirección a la campiña del Guadalete, que aparece cubierta de nubes bajas. De hecho allí abajo fue un día desapacible, húmedo y frío.

Vista, con mas zoom, a la campiña. Solo son visibles los cerros que rodean a Prado del Rey. Y al fondo a la derecha la Sierra de Gibalbín.

Nosotros segimos disfrutando de un maravilloso y luminoso día.

Solo los colores de quejigos y cornicabras nos dicen que estamos al final del otoño. Arces y mostajos ya han perdido todas sus hojas.

Rusco (Ruscus aculeatus) cargado de frutos.

Mientras bajamos vemos estas hojas basales de futuras orquídeas.

Pero la sorpresa es mayúscula cuando vemos este precioso ejemplar de orquídea gigante Himantoglossum robertianum (antes Barlia robertiana). Acabamos de ver un crocus de las nieves y a pocos metros una orquídea que normalmente solemos ver a partir de febrero.

Y no se trata de un ejemplar solitario. Contamos 5 o 6. Increíble como aguantará el frío esta bonita orquídea.

Bajamos por la vía rápida. El autobús para Medina Sidonia nos espera ya en Benamahoma.

Solo me queda dar las gracias a los amigos del IES San Juan de Dios de Medina Sidonia, y especialmente al profesor, mi amigo Paco Solera, por invitarme a esta jornada de senderismo por uno de nuestros parajes favoritos de la Sierra.