"Delectando pariterque monendo" Horacio

9 ago 2019

Bulgaria'19 (2)

De la Bulgaria occidental -entiéndase este adjetivo con todos sus sentidos- nos vamos para la oriental. Menos conocida y menos habitada, salvo la franja costera del Mar Negro, pero no menos interesante. Nuestro destino está en el sureste, en las Montañas Ródopes orientales. Una región geográfica con un pasado esplendoroso, la antigua Tracia, donde todavía quedan pueblos musulmanes -los pomacos- y cuyas montañas de origen volcánico albergan un clima suave y una naturaleza por descubrir.     

 El "tom-tom" de nuestra furgoneta nos engaña y nos lleva desde Plovdiv (en el centro del país) a Madzharovo por carreteras de cuarto o quinto orden.

 Tardamos medio día lo que en España sería poco más de una hora. Pero es un error que agradecemos ya que vamos despacio (sorteando baches y curvas), parando y disfrutando de un paisaje, unos bosques y unos pueblos -algunos casi abandonados- que no aparecen en nuestro mapa ni en la guía.

   Bosques mixtos de abetos, abedules, hayas, robles, carpes y arces.

Flores tan bellas como estos clavelillos silvestres. Podrían ser Dianthus juniperinus o D. zonatus.

 Casa y pozo de Долни Главанак.
 

 Oficina de Correos abandonada.


 Flores de la planta del tabaco (Nicotiana tabacum). En torno a los pueblos vemos numerosas plantaciones y secaderos. Bulgaria fue el principal proveedor de tabaco de la antigua URSS. Por cierto, todavía se fuma en los bares!!
 
Es habitual que a los perros de pastores se les corte las orejas. Hay lobos en estas montañas.


 Las señales necesitan renovación. Por suerte esa pequeña señal de albergue ornitológico nos indica que no estamos perdidos.
 
 Finalmente un largo y estrecho puente nos permite cruzar el río Arda. Estaremos varios días en su entorno. Nace en los Ródopes centrales y luego pasa a Grecia y Turquía.
 
 Llegamos al Vulture Center de Madzharovo. Un compendio de albergue, centro de interpretación y punto de reunión ornitológico (de los pocos/locos/frikis que se atreven a llegar aquí). Hay que decir que en esta región vuelan los únicos buitres (leonados, negros y alimoches) del país, gracias a programas de conservación y reintroducción avalados por la Unión Europea.

 En el Vulture Center hemos quedado con naturalistas de Green Balkans (ONG búlgara para la conservación de la naturaleza) y la БДЗП (BSBP) (Българско дружество за защита на птиците: Sociedad Búlgara para la Protección de las Aves). Ya hace semanas que Íñigo Sánchez les comentó nuestro interés por visitar la zona y conocer su proyecto, en el que el Zoo de Jerez aportó su granito de arena.

 Penxo, monitor del Vulture Center, nos muestra las instalaciones. Desde la misma terraza podemos ver una buitrera cercana. Cuando Manolo Barcell le comenta que en Cádiz hay más de 2.500 parejas criando se queda boquiabierto. 

Las Ródopes no tienen la altura de los Balcanes (de media rondan los 1.100 m.s.n.m.), pero sí cuentan con escarpes y tajos rocosos ideales para las aves. También con amplios bosques que albergan una biodiversidad poco estudiada pero con la mayor población de osos de Bulgaria, también lobos, corzos y otros grandes mamíferos.

 Una de nuestras primeras sorpresas fue ver, junto a un observatorio de aves, este alevín de tortuga mora (Testudo graeca subsp. ibera). Luego veremos de donde viene ese nombre de ibera cuando esta subespecie no está presente en la península ibérica.

 Sí está presente en nuestro país este fruto silvestre: el endrino (Prunus spinosa).

 En uno de nuestro paseos nos acercamos a visitar el Cromlech de Dolni Glavanak.

 Allí mismo podemos ver, gracias al ruido que hizo al moverse entre la hojarasca, a este lagarto verde (Lacerta viridis).

 Una gran culebra, de metro y medio, ha mudado su piel en un megalito del cromlech.

Utricularia minor con su bonita "flor flotante". Planta acuática que vimos en una lagunilla entre tabacales.
  
 Uno de los parajes más atractivos del río Arda. Este meandro cercano a Madzharovo.

 En uno de nuestros desplazamientos en busca de paisajes y pueblos pomacos pasamos junto a la frontera de Grecia. La de Turquía está solo a unos 40 kms.

 Kobilino es un pequeño pueblo con singulares tejados de lajas de piedra.


 En estas zonas rurales se aprovecha todo. Una rueda de camión o tractor se ha habilitado como abrevadero.

Cartel en honor del Capitán Petko Voyvoda (1844-1900), líder nacional que liberó, junto con los rusos, las Ródopes del dominio turco (aunque se vestía como un otomano).

 Paseo naturalista por la orilla del Arda a su paso por la Reserva Natural de момина скала.

 Bufo viridis (sapillo verde). Distribuido por casi toda Europa -desde Francia hasta Grecia-, norte de África y Eurasia. No está presente en la península ibérica, aunque si se han encontrado restos fósiles (Pleistoceno). Existe una subespecie en Baleares.

Río Arda.

 Una de las sorpresas del río Arda fue encontrar este cangrejo. Nuestro primer comentario fue: "¡¡que hace esta coñeta aquí!!" (coñeta: nombre popular de cangrejo de la costa gaditana). Y es que nunca habíamos visto un cangrejo de río con este aspecto. En España los cangrejos de río -el autóctono y los introducidos- son de forma alargada, con cola. Tras consultar con Penxo, este nos explicó que se trata del cangrejo de agua dulce Potamon fluviatile, y que nosotros debíamos conocer -de España- su especie hermana: Potamon ibericum (otro ibérico!!).

Resultado de imagen de reino de iberia Potamon fluviatile se distribuye por ríos y arroyos desde Italia hasta Grecia. Se alimenta de materia orgánica y caza activamente renacuajos, ranas y peces. Su agresividad le protege de ser molestado por depredadores como las culebras de agua y algunas aves; e incluso contra especies exóticas como el cangrejo de río americano. Está protegido en la Lista Roja de Especies en Peligro de Extinción de la UICN por causas como: pérdida de hábitat, contaminación, y pesca furtiva (es comestible). Su "primo" Potamon ibericum vive en algunos ríos balcánicos y en los que vierten sus aguas al Mar Negro y al Caspio. A pesar de su nombre -ibericum- esta especie (como la subspecie de tortuga) tampoco se encuentra en la Península Ibérica. Su nombre proviene del Reino de Iberia, antiguo reino georgiano que ocupaba el este y sudeste de la actual República de Georgia. Se usan los términos Iberia caucásica, Iberia del Este o Iberia asiática para distinguir esta región asiática de nuestra península ibérica.

La joya botánica de las Ródopes es esta planta que sobrevive en acantilados del río. Se trata de Haberlea rhodopensis, que no tuvimos suerte de ver en floración.

 Algunos odonatos/libélulas que pudimos fotografiar en el entorno del río Arda. Esta primera es Platycnemis pennipes.
 
 Onychogomphus forcipatus ssp. forcipatus, la subespecie que tenemos en España es unguiculatus.

 Y la más interesante, según nos comentó nuestro amigo Arturo Bernal, es esta especie que identificó como posible Platycnemis dealbata. Su distribución va desde Turquía hasta la India (aunque está en expansión), por lo que se supone no está presente en Bulgaria (todavía). Enviamos fotos a un experto búlgaro en odonatos que no se atrevió a asegurar que fuese esa especie. Nos preguntó si habíamos cogido algún ejemplar para su estudio. Como no fue así, ahí se acabó la historia.


 Hembra de ortóptero (s.i.).

 Escarabajo de cuernos largos y gran tamaño: Morimus asper funereus. Su larva se alimenta de madera. Protegido en la Lista Roja de la UICN.

Un día después llegan -desde su sede en Stara Zagora y Plovdiv- los amigos de Green Balkans y la BSBP. Traen un dron para que podamos ver de cerca -y sin molestar- uno de los pocos nidos de alimoche que quedan en Bulgaria (los más orientales de Europa).  

El dron (en el círculo) vuelve al lugar de inicio de vuelo, donde nos encontramos.

 Nos trasladamos desde Madzharovo a la cercana reserva de Valchi Dol. Pasamos por pueblos pomacos. Los pomacos son un grupo étnico cuya religión es musulmana y diseminados por varios países balcánicos. Su origen es discutido: para los griegos son descendientes originarios de Tracia; los turcos defienden que descienden de tribus turcas asentadas en la región durante la conquista otomana; y en Bulgaria la teoría más extendida es que se trata de búlgaros que se convirtieron al islam en el período otomano. La mayor población de pomacos se concentra en la Ródopes (130.000 en censo de 2014). Las autoridades búlgaras han promovido campañas de asimilación, pero lo cierto es que mientras en Bulgaria les llaman turcos, cuando van a Turquía les conocen como búlgaros musulmanes. En la foto el pueblo de Studen Kladenets, enclavado en un antiguo cráter. Sobre la roca, con letras gigantes, las siglas ДПС, del Partido por los Derechos y Libertades, que defiende a esta minoría étnica en Bulgaria y Europa. Curiosamente, en el parlamento europeo están aliados -entre otros- con el partido español Ciudadanos.

 En el borde de un viejo cráter se ubica la zona de aclimatación y suelta (muladar incluido) del Proyecto Egyptian Vulture New LIFE. Allí, Vladimir Dobrev de la BSBP, nos comenta todo sobre este proyecto que -subvencionado por la UE- tiene como objetivo recuperar la especie en la península balcánica. Dos pollos de alimoche nacidos en el Zoo de Jerez (en 2017 y 2018) se enviaron a Bulgaria. Se "bautizaron" como Panteley y Fer. Nuestro objetivo era ver a alguno de estos alimoches "jerezanos".

 Y allí estaba sobrevolándonos Fer. Un transmisor GPS permite saber donde se encuentra en cada momento.

Foto de Fer a su llegada a Bulgaria (de la web www.4vultures.org)


No vimos a Panteley. Este alimoche jerezano ha salido más viajero. Ha llegado hasta la isla de Creta, pasó el invierno allí y luego ha vuelto al norte de Grecia, como se puede ver en el historial de su recorrido en los últimos meses (de la web http://www.lifeneophron.eu).

 Frente al muladar una extraordinaria colada volcánica ha dejado al descubierto una formación de basalto en posición horizontal. Miles de secciones poligonales forman una gran pared con aspecto de colmena.

 El cráter de Valchi Dol (traducido sería algo así como "Refugio del Lobo").

 Otro espectacular peñón de columnas de basalto.

 Una curiosa fuente con el grifo incrustado en un viejo roble. Dedicada a un tal Mustafa, que murió en 1984.

Atardecer en las Ródopes. Salimos de estas montañas con la sensación de haber sido los únicos extranjeros que hemos estado por allí. Bueno, solo tuvimos de vecinos en Madzharovo a una singular familia que viajaba en furgoneta -él chileno, ella suiza y sus dos niñas, residentes en Moldavia- y que marcharon rumbo a Grecia. Y también eran aficionados a las aves.

Nos trasladamos al centro del país, a la ciudad de Stara Zagora. Allí está el Centro de Recuperación y Adaptación de Aves de Green Balkans.

Ivo Klusurov, su responsable y también cooordinador del Proyecto de Alimoches, nos enseña todas las instalaciones y los métodos de trabajo.




 Un joven quebrantahuesos que pronto podría volar sobre Bulgaria.

 Del centro nos trasladamos al campo para ver in situ una instalación para suelta de aves (montada sobre un gran roble). Pasamos parte del día en Sinite Kamani Natural Park y la región de Sliven.

 Aprovechamos para fotografiar lo que vermos por esta zona natural. Oruga de Hemaris croatica.

 Delphinium cf. peregrinum.

 Centaurea (s.i.).

Monacha sp. 

En la llanura de Sliven, Ivo nos enseña un nido de Águila imperial oriental​ (Aquila heliaca) -con distribución en Europa del este y gran parte de Asia-. Había dos jovenes de esta especie junto al nido. Para mis amigos pajareros -Íñigo y Manolo- fueron sendos !!bimbos!!
(En la jerga pajarera se ha generalizado el término "bimbo" para designar el avistamiento de una especie nueva para la lista personal de un aficionado a las aves. Los ingleses utilizan el término twitch con el mismo fin y los norteamericanos chase.)

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Para acabar esta entrada (queda una tercera para completar Bulgaria), hemos montado unos collages con detalles simpático y curiosos de nuestro viaje.
 Destacar que los bulgaros comen pipas. Y son muy buenas y además grandes y blancas. Otra cosa: los carteles indicadores de atención o cuidado son muy expresivos (ver arriba a la izq.)


 En todas las montañas de Bulgaria hay osos. No tuvimos la suerte (buena o mala) de encontrarnos con niguno. Otra cosa: la comida búlgara siempre lleva queso, desde el desayuno a la cena y desde la entrada hasta el postre. Nuestra frase más repetida: "please, without cheese". En muchos sitios no entendían el inglés, así que venía todo con queso.
 
 Nos contaba un búlgaro que viven en el país que más liberaciones o independencias celebran: de los romanos, de los otomanos, de los monarcas, de los nazis, .... Casi siempre con la ayuda de sus hermanos del norte, los rusos, a los que están muy agradecidos.

 EN LA PRÓXIMA Y ULTIMA ENTRADA SOBRE BULGARIA NOS IREMOS A LOS BALCANES Y REGRESO A SOFIA.

 Agradecimientos: a I.Sánchez, M.Barcell, A.Bernal y F.Ríos por colaborar en las identificaciones de esta entrada.


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